Jueves, 20 de junio de 2013
Señores ministros de la Corte
Suprema:
Desde hace tiempo, ¡mucho
tiempo!, la “Justicia”, o más precisamente el “Poder Judicial”, está en el
centro de la escena política.
Se dice que desde la “división de
poderes” se pretende que cada uno de los tres poderes sea independiente del
anterior. Y se me ocurren algunas cosas:
No es muy creativo destacar que
el Poder Judicial goza de privilegios de los que carece toda otra instancia de
la Patria: no son elegidos por el pueblo (¡en una democracia!), no lo son por
un “período”, sino que son vitalicios, e incluso están por encima de la misma
ley (que haya miembros de la Corte que superen los 75 años me resulta patético,
¡ni entre el Episcopado se da semejante cosa!).
No hace falta que les diga la
incredibilidad de la que “gozan” ante la sociedad. Aunque creo que eso no les
importa, ya que parecen considerarse “suprahumanos”. La sensación que tiene el
pueblo es que la Justicia no es para ellos salvo que sea para sancionarlos o
condenarlos. Cosa habitual entre los pobres.
Es serio que a uno de los tres
poderes de la República sólo se pueda acceder siendo abogado, ¿no les parece?
¿No es un “pueblo = demos” excesivamente elitista ése?
Una cosa son los “Poderes” que
conforman el Estado, pero eso no implica que sean los únicos poderes que hay en
la Patria. Hay un “cuarto poder”, hay un “poder económico”, y –para ser
sinceros– nunca parecen haberse preocupado de mostrarse independientes de los
mismos. Es más, ¡son tantas las veces en las que parece que la Justicia sólo
beneficia a los poderosos! (por si no se dan cuenta, eso quiere decir, a los
que tienen poder).
Soy de aquellos que celebraron la
nueva composición (no totalmente nueva, por cierto) de la Corte Suprema. Soy de
los que lamenta haber celebrado.
Sinceramente ya no espero
justicia, y menos del “Poder Judicial”, y quizá deba agradecerles por eso.
Habrá –quizás– eventuales “maníes para los monos”, pero no espero Justicia.
Viendo el alarde de inJusticia
del que gozamos, creo que ahora nos falta esperar que:
- Declaren que el Grupo Clarín
debe ser el dueño de todos los medios de la Argentina;
- Declaren que las PASO deben
anularse ya que en la experiencia pasada fue evidente cómo terminarían las
elecciones;
- Declaren que la Mesa de Enlace
debe hacerse cargo de los ministerios de Economía, Relaciones Exteriores y
Educación;
- Declaren prohibida en todo el
territorio nacional la enseñanza de cualquier historia que no sea coherente con
la que “Mitre nos legó”;
- Declaren que se debe anular la
Asignación Universal por Hijo, porque conduce por los canales del juego y la
droga;
- Declaren al alcalde de Buenos
Aires único candidato para las próximas elecciones nacionales;
- Declaren el cierre inmediato de
las nuevas universidades y hospitales;
- Y finalmente declaren nulo el
54,11 por ciento de las pasadas elecciones.
Así habrá justicia y Sus Señorías
podrán seguir en la estratosfera ajenos al mundo y, sobre todo, bien distantes del
pueblo, no sea cosa que éste gobierne.
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