viernes, 8 de diciembre de 2017

EDITORIAL NOVIEMBRE

“Hay una sola clase de hombres: los que acumulan riquezas sobre el esfuerzo de otros"
La frase del epígrafe si bien no es la cita de ningún erudito que la plasmara para el devenir histórico, considero es un buen resumen de lo que significa para la humanidad el pensamiento de quienes sostienen el proyecto socio-económico de las políticas neo-liberales. Tampoco significa que lo piensen solo los que integran la clase dominante identificada con los poseedores de riqueza y poder en el mundo, sino que lamentablemente también lo hacen muchísimos de quienes forman parte del enorme ejército de explotados en un arco que abarca desde los más indigentes hasta los autoproclamados “clase media alta”. Expresiones como “nos dan una mano y después exigimos el brazo entero”, esto en referencia a distintas conquistas sociales que se fueron logrando en el transcurso del tiempo y que favorecían precisamente a los dominados por el sistema corroboran lo que decimos.
También es cierto que el ser humano durante su convivencia en el planeta nos fue, y sigue haciéndolo, reflejando que esta situación de desigualdad ha sido una constante en las relaciones entre los integrantes de la sociedad. Sabemos de la persistente lucha de trabajadores y trabajadoras, de mujeres, de razas, en fin, de todos los oprimidos por el sistema que realizaron y siguen realizando para liberarse del pesado yugo de la esclavitud, aunque ésta no sea reconocida por muchos de los propios afectados.