LA ESPERANZA ES PARA VIVIRLA

El último mes de este año, además de
cómo siempre ha sido el último, nos encuentra inmersos en una nueva situación
institucional en nuestro país, el recambio de autoridades del gobierno
nacional. Muchos compatriotas participaron del acto de asunción de las nuevas
autoridades en las calles y en especial en la Plaza de Mayo, otros desde
nuestros hogares por la pantalla del televisor.
La mayoría de los que integramos este
hermoso pueblo hemos transitado cuatro años de la mano de un gobierno que llevó
a cabo un proyecto de país que no era para nada inclusivo, que conculcó muchos
de los derechos que habíamos conquistado en el transcurso del tiempo, en
especial en lo laboral y en lo social. No vamos a hacer ningún cuadro
estadístico para demostrar lo que decimos ya que las consecuencias están a la
vista y al alcance de todos y todas las personas de bien sean de cualquier
color político que abracen. Solo la necedad que han incentivado los medios de
comunicación adictos al neo-liberalismo, fomentando en muchísimos inadvertidos
un odio visceral a todo lo que huela a nacional y popular y que no les deja
reconocer la triste y dolorosa realidad. Así hemos sido catalogados con muchos
motes descalificativos, muchas veces rayanos al insulto y que podemos unificar
en lo que denominan despectivamente POPULISMO.
Quienes hemos prestado la atención
necesaria en el discurso presidencial de ese día vimos de pronto que en nuestro
corazón germinaba una semilla de esperanza, que nos decía que no todo estaba
perdido, que lo colectivo es más importante que el simple interés personal.
Entendimos que era posible retomar esos valores que nos habían robado y en
muchos casos cambiado por otros, hoy creo que la solidaridad se ha fortalecido
en quienes nunca la hemos renunciado, que también muchos de aquellos que la
habían olvidado han comenzado a dejar de lado el individualismo y se
incorporaron a esta nueva gesta que necesita de todos los que habitan en la
argentina para volverla a poner de pie.
Tampoco en este balance podemos dejar
de incluir a nuestros países hermanos de América Latina y cuyos pueblos han
despertado rebelándose al saqueo material y espiritual del sistema capitalista
más feroz y voraz que está viviendo el mundo todo.
LA ESPERANZA DE LA NAVIDAD
Con mucha alegría he recibido desde las
redes sociales dos reflexiones que me han parecido merecen ser difundidas y en
lo posible conversadas y debatidas en nuestros grupos de pertenencia. Una la
compartió una sobrina residente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que nos
muestra una mirada despojada de todo ritual o creencia: