EDITORIAL DE HACIENDO CAMINO DE MAYO
Escuchando hace pocos días atrás a
quien dirige los destinos de nuestra Patria decir que hay que volver a la
cultura del trabajo, refiriéndose a que habría que trabajar los sábados y los
domingos, aunque sea en forma voluntaria y como el primer día de este mes de
mayo se celebra el Día del Trabajador, consideré conveniente analizar qué es
realmente la Cultura del Trabajo. Por supuesto es una definición equívoca ya
que no es lo mismo para algunos que para otros. En el caso del presidente,
quien es representante de la clase dominante (empresarial y financiera), tiene
un sentido y para los que integramos la clase trabajadora significa otra cosa
totalmente diferente.
Esto no es nuevo en nuestro país sino
que viene desde la profundidad misma de nuestra conformación como Nación con el
“pensamiento dicotómico” con que nos hemos ido organizando. “Civilización y
barbarie” inaugura una política de desconocimiento del “bárbaro” distanciándolo
como “otro”, y mediante una colonización pedagógica hace aparición la opción
por lo que se considera “civilizado”.