LA VERDAD NOS HARÁ
LIBRES

Ejemplos
de ello tenemos a diario: las publicidades de diversos productos que nos
presentan todas las inmensas bondades del mismo sin explicitarnos siquiera en
el envase el real contenido de los mismos, siempre nos dan imágenes y palabras
que consumiéndolos seremos felices, libres y dichosos. No nos advierten en
absoluto sobre las consecuencias para nuestra salud de algunos de los
ingredientes que contienen. Por supuesto, desprevenidos, compartimos con
nuestros familiares y amigos recomendándolos repitiendo lo que escuchamos o
vimos en los anuncios, aquí no hay ningún análisis crítico que nos alerte sobre
la “verdad” de los mismos.
Esta
faceta es tan sólo una de las tantas que recibimos como proyectiles en nuestro
cerebro, también está la “letra chica” en contratos, pólizas y documentos que
firmamos sin leerlas y que cuando tenemos que hacer algún reclamo nos las
muestran con una lupa, ahí nos damos cuenta que caímos en una trampa por
inocencia o inexperiencia.