EL PAPAGAYO, SU CULTURA Y SU GRUPO DE WHATSAPP
En octubre de 2017 publicábamos en
este espacio el siguiente texto, que con algunas modificaciones, consideramos
sigue teniendo la misma vigencia que entonces.
Antes de iniciar el desarrollo de
esta nota, sería interesante tomar del diccionario la definición de las
palabras que integran el título de la misma. Así tenemos:
Cultura
1.
Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. 2.Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de
desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.
Cultura popular
Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional
de un pueblo.
Papagayo
1.Ave del orden de las psitaciformes de unos 35 cm de largo, de
vistosos colores, pico fuerte, grueso y muy encorvado, patas de tarsos
delgados y dedos muy largos, con los cuales coge el alimento para llevarlo
a la boca, y que es propio de los países tropicales, pero en domesticidad
vive en los climas templados y aprende a repetir palabras y frases enteras.
2. Decir algunas cosas buenas y discretas, sin inteligencia ni conocimiento.
Análisis del tema
Una vez que tenemos claro el
significado de estas palabras, conviene remarcar alguno de los conceptos que
intervienen en su definición: en cuanto a cultura, el desarrollo de su juicio
crítico. Aquí vemos que sólo los seres humanos participamos del hecho cultural
y allí ejercemos el don tan preciado del que disponemos, el libre albedrío que
nos permite desarrollar, o no, nuestro juicio crítico ante distintas opiniones
o definiciones que nos llegan de otras personas o por intermedio de los medios
de comunicación masivos.
Evidentemente esto se
contrapone a las habilidades propias del papagayo que aprende a repetir
palabras y frases, sin inteligencia ni conocimiento.
Si bien esta situación no es
novedosa, ya que se ha arraigado mucho en la sociedad actual, vemos
cotidianamente como muchas personas repiten sin analizar conscientemente
conceptos y vierten opiniones carentes de un previo análisis crítico, y que
sólo pueden sostener entre quienes utilizan igual manera de informarse y
transmitir esa información. Pero apenas se encuentran con alguien que sí
utilizó su inteligencia efectuando el mencionado análisis crítico de la
noticia, allí se les terminan las palabras y la única opción es retirarse del
diálogo o hacerse el enojado y agredir al otro u otra.
Darle a la lengua
“No se puede negar que esa actividad que designamos con esa frase ‘darle a la lengua’, tiene una especie de seducción placentera. Transferir información a montones sobre nimiedades y añadir un poco de pimienta a los acontecimientos recientes, y dejar así que pase el tiempo, resulta una especie de alivio para la carga diaria de preocupaciones y problemas. Es como si advirtiendo o comentando defectos ajenos uno quedara aliviado de los propios. Y por eso no hay ningún reparo en magnificarlos y empujarlos a crecer en el ‘chisme’.
Pero esto que constituye un
mecanismo de evasión, indicio de inseguridad y debilidad personal, ya no es lo
peor entre nosotros. Aquí se trata simplemente de darle a la lengua en las
esquinas, en el bar o en las ruedas de mate, se trata de ‘darle al papel y a la
imagen’. ¡Darle a los titulares! Y los medios están especializados en eso.” (1)
Esto es fácil de constatar
cuando viajamos en colectivo, en el supermercado o cualquier comercio al que
concurrimos, allí podemos escuchar a muchas personas que repiten lo que han
escuchado en la radio o en la televisión y lo hacen con total muestra de
seguridad de conocer el tema en cuestión, entonces nuestros oídos se “deleitan”
con reproducciones de lo dicho por los comunicadores mediáticos tales como: “es
la pesada herencia”, “se robaron todo”, etc., etc.
Lo dramático de todo esto es
que muchas de las personas que hacen estos comentarios, denostando en este caso
al gobierno nacional y popular, han sido beneficiados por el mismo como por
ejemplo con la jubilación conocida como “del ama de casa” que les permitió, sin
reunir los aportes necesarios al momento de cumplir la edad jubilatoria,
acceder al beneficio aportando el faltante por medio de una moratoria hasta en
5 años, otros que pudieron tener la casa propia por el plan PROCREAR, también
con facilidades crediticias accesibles a los recursos de cada familia, quienes
obtuvieron la Asignación Universal por Hijo, y otros derechos que sería muy
largo enumerar aquí. En estos casos podemos inferir que no solamente les falta
la elaboración del juicio crítico, sino que se agrega la inactividad de la
inteligencia que posee todo ser humano, además por supuesto de la carencia de
memoria.
El arte de ganar
En su libro
"El arte de ganar" el conductor de las campañas electorales del PRO,
Jaime Durán Barba afirma:
"El
electorado está compuesto por simios con sueños racionales que se movilizan
emocionalmente. Las elecciones
se ganan polarizando al electorado, sembrando el odio hacia el candidato
ajeno... Es clave estudiar al votante común, poco informado, ese que dice
"no me interesa la política"... El papel de los medios es
fundamental, no hay que educar a la gente. El reality show venció a la
realidad..."
Acá vemos,
quizás con estupor, cual es la base del marketing que es utilizado en las
campañas electorales por algunos sectores políticos, esto nunca podría
convertirse en realidad si realmente utilizáramos nuestro espíritu crítico para
analizar las noticias y las propuestas ofrecidas, pero el odio hacia todo lo
que se oponga a lo ofrecido tan gustosamente elaborado para que ni siquiera nos
atengamos a sospechar que puede ser falso o por lo menos parcialmente erróneo,
hace que aceptemos pasivamente cualquier oferta y además nos convirtamos en sus
más acérrimos defensores y propaladores.
Además, podemos
ver con todas las letras la forma que estos personajes perversos denigran
nuestra condición humana, lo hacen con toda alevosía poniéndolo en las páginas
de un libro, cabe preguntarse: ¿somos tan cobardes o tan tontos para hacernos
pisar de este modo nuestra propia dignidad? La respuesta la tiene usted amigo
lector.
Ejemplos
prácticos
Tomaremos
algunos dichos de funcionarios y como ha sido su repercusión en la gente.
Del ex presidente
Mauricio Macri: “Hay inequidad
entre el que puede ir a la escuela privada y el que tiene que caer en la pública.”;
“Hay que bajar los costos, y los salarios son un costo más.”; “Cada uno tiene
que estar dispuesto a cobrar lo mínimo que corresponda por lo que hace.”
De la ex vice-presidenta
Gabriela Michetti: “El
narcotráfico se lleva nuestros jóvenes sin distinción. Jóvenes pobres que se
drogan y jóvenes ricos que tienen excesos.”; “El pobre tiene que entender que
es pobre se debe conformar porque no merece vivir como vivía antes.”
Del ex presidente
del Banco Nación Javier González Fraga: “Eso fue una
ilusión, eso no era normal. Le hicieron creer a un empleado medio que su sueldo
medio servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior.”
Del Jefe de
Gobierno, del candidato a senador Luis Juez y otros integrantes del mismo
espacio: “Hay que
eliminar las indemnizaciones por despido de los trabajadores y trabajadoras.”
Estos pocos
ejemplos muestran a las claras que se quiere acabar con todas las conquistas
sociales que ha adquirido por medio de los gobiernos nacionales y populares y
por su propia lucha la clase trabajadora.
Podemos analizar
sin mucho esfuerzo que estas expresiones no son meras casualidades, sino que
expresan realmente una feroz diferencia de clases, que la clase media y la
trabajadora no son “gente como ellos”, que no tenían ningún derecho que
traspase el de trabajar con un sueldo lo más bajo posible y sin poder disfrutar
de ningún beneficio de la vida, sólo agachar la cabeza y producir para que
“ellos” sí puedan usufructuar de todos los placeres de la existencia.
¿Cómo reaccionan
los perjudicados por esta concepción política? Nuevamente volvemos a constatar
que muchos de los afectados por las mismas aceptan con docilidad como una
certeza estas manifestaciones que los convierten en cuasi esclavos y que
podríamos resumir con una sola expresión: “nos habíamos
acostumbrado mal”. Cada uno puede
tener su propia visión de esto, pero es innegable que el autor de “El arte de ganar” conoce y sabe
muy bien lo que hace.
Los grupos de
whatsapp
Existen varios
tipos de loros parlantes como el papagayo, cada cual puede elegir a quien desea
parecerse y seleccionar así su propio grupo, con la seguridad que ninguno de
sus integrantes debatirá ideas o propuestas y por lo tanto no creará ningún
conflicto en el grupo y mucho menos sentimiento de culpa.
Hasta la
próxima.
Nicolás Salcito
(1)
MARIANI, José
Guillermo; “IGLESIA Y POLÍTICA Sin tapujos”, Pág 65
Ver la publicación completa en:
www.haciendocamino.com.ar/hc-172.pdf
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