jueves, 19 de octubre de 2017

LA CULTURA DEL "PAPAGAYO"

Antes de iniciar el desarrollo de esta nota, sería interesante tomar del diccionario la definición de las palabras que integran el título de la misma. Así tenemos:
Cultura
1. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.
2.Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.
Cultura popular
Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.
Papagayo (*)
1.Ave del orden de las psitaciformes de unos 35 cm de largode vistosos colorespico fuertegrueso y muy encorvadopatas de tarsos delgados y dedos muy largoscon los cuales coge el alimento para llevarlo
a la bocay que es propio de los países tropicalespero en domesticidad vive en los climas templados y aprende a repetir palabras y frases enteras
2. Decir algunas cosas buenas y discretassin inteligencia ni conocimiento.
Análisis del tema
Una vez que tenemos claro el significado de estas palabras, conviene remarcar alguno de los conceptos que intervienen en su definición: en cuanto a cultura, el desarrollo de su juicio crítico. Aquí vemos que sólo los seres humanos participamos del hecho cultural y allí ejercemos el don tan preciado del que disponemos, el libre albedrío que nos permite desarrollar, o no, nuestro juicio crítico ante distintas opiniones o definiciones que nos llegan de otras personas o por intermedio de los medios de comunicación masivos.


Evidentemente esto se contrapone a las habilidades propias del papagayo que aprende a repetir palabras y frases, sin inteligencia ni conocimiento.
Si bien esta situación no es novedosa, ya que se ha arraigado mucho en la sociedad actual, vemos cotidianamente como muchas personas repiten sin analizar conscientemente conceptos y vierten opiniones carentes de un previo análisis crítico, y que sólo pueden sostener entre quienes utilizan igual manera de informarse y transmitir esa información. Pero apenas se encuentran con alguien que sí utilizó su inteligencia efectuando el mencionado análisis crítico de la noticia, allí se les terminan las palabras y la única opción es retirarse del diálogo o hacerse el enojado y agredir al otro u otra.
Darle a la lengua
“No se puede negar que esa actividad que designamos con esa frase ‘darle a la lengua’, tiene una especie de seducción placentera. Transferir información a montones sobre nimiedades y añadir un poco de pimienta a los acontecimientos recientes, y dejar así que pase el tiempo, resulta una especie de alivio para la carga diaria de preocupaciones y problemas. Es como si advirtiendo o comentando defectos ajenos uno quedara aliviado de los propios. Y por eso no hay ningún reparo en magnificarlos y empujarlos a crecer en el ‘chisme’.
Pero esto que constituye un mecanismo de evasión, indicio de inseguridad y debilidad personal, ya no es lo peor entre nosotros. Aquí se trata simplemente de darle a la lengua en las esquinas, en el bar o en las ruedas de mate, se trata de ‘darle al papel y a la imagen’. ¡Darle a los titulares! Y los medios están especializados en eso.” (1)
Esto es fácil de constatar cuando viajamos en colectivo, en el supermercado o cualquier comercio al que concurrimos, allí podemos escuchar a muchas personas que repiten lo que han escuchado en la radio o en la televisión y lo hacen con total muestra de seguridad de conocer el tema en cuestión, entonces nuestros oídos se “deleitan” con reproducciones de lo dicho por los comunicadores mediáticos tales como: “es la pesada herencia”, “se robaron todo”, etc., etc.
Lo dramático de todo esto es que muchas de las personas que hacen estos comentarios, denostando en este caso al gobierno anterior, han sido beneficiados por el mismo como por ejemplo con la jubilación conocida como “del ama de casa” que les permitió, sin reunir los aportes necesarios al momento de cumplir la edad jubilatoria, acceder al beneficio aportando el faltante por medio de una moratoria hasta en 5 años, otros que pudieron tener la casa propia por el plan PROCREAR, también con facilidades crediticias accesibles a los recursos de cada familia, quienes obtuvieron la Asignación Universal por Hijo, y otros derechos que sería muy largo enumerar aquí. En estos casos podemos inferir que no solamente les falta la elaboración del juicio crítico, sino que se agrega la inactividad de la inteligencia que posee todo ser humano, además por supuesto de la carencia de memoria.
El arte de ganar
En su libro "El arte de ganar" el conductor de las campañas electorales del PRO, Jaime Durán Barba afirma:
"El electorado está compuesto por simios con sueños racionales que se movilizan emocionalmente. Las elecciones se ganan polarizando al electorado, sembrando el odio hacia el candidato ajeno... Es clave estudiar al votante común, poco informado, ese que dice "no me interesa la política"... El papel de los medios es fundamental, no hay que educar a la gente. El reality show venció a la realidad..."
Acá vemos, quizás con estupor, cual es la base del marketing que es utilizado en las campañas electorales por algunos sectores políticos, esto nunca podría convertirse en realidad si realmente utilizáramos nuestro espíritu crítico para analizar las noticias y las propuestas ofrecidas, pero el odio hacia todo lo que se oponga a lo ofrecido tan gustosamente elaborado para que ni siquiera nos atengamos a sospechar que puede ser falso o por lo menos parcialmente erróneo, hace que aceptemos pasivamente cualquier oferta y además nos convirtamos en sus más acérrimos defensores y propaladores.
Además, podemos ver con todas las letras la forma que estos personajes perversos denigran nuestra condición humana, lo hacen con toda alevosía poniéndolo en las páginas de un libro, cabe preguntarse: ¿somos tan cobardes o tan tontos para hacernos pisar de este modo nuestra propia dignidad? La respuesta la tiene usted amigo lector.
Ejemplos prácticos
Tomaremos algunos dichos de funcionarios y como ha sido su repercusión en la gente.
Del presidente Mauricio Macri: “Hay inequidad entre el que puede ir a la escuela privada y el que tiene que caer en la pública.”; “Hay que bajar los costos, y los salarios son un costo más.”; “Cada uno tiene que estar dispuesto a cobrar lo mínimo que corresponda por lo que hace.”
De la vice-presidenta Gabriela Michetti: “El narcotráfico se lleva nuestros jóvenes sin distinción. Jóvenes pobres que se drogan y jóvenes ricos que tienen excesos.”; “El pobre tiene que entender que es pobre se debe conformar porque no merece vivir como vivía antes.”
Del presidente del Banco Nación Javier González Fraga: “Eso fue una ilusión, eso no era normal. Le hicieron creer a un empleado medio que su sueldo medio servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior.”
Podemos analizar sin mucho esfuerzo que estas expresiones no son meras casualidades, sino que expresan realmente una feroz diferencia de clases, que la clase media y la trabajadora no son “gente como ellos”, que no tenían ningún derecho que traspase el de trabajar con un sueldo lo más bajo posible y sin poder disfrutar de ningún beneficio de la vida, sólo agachar la cabeza y producir para que “ellos” sí puedan usufructuar de todos los placeres de la existencia.
¿Cómo reaccionan los perjudicados por esta concepción política? Nuevamente volvemos a constatar que muchos de los afectados por las mismas aceptan con docilidad como una certeza estas manifestaciones que los convierten en cuasi esclavos y que podríamos resumir con una sola expresión: “nos habíamos acostumbrado mal”. Cada uno puede tener su propia visión de esto, pero es innegable que los autores de “El arte de ganar” conocen y saben muy bien lo que hacen.
Hasta la próxima.
Nicolás Salcito

(*) Existen varios tipos de loros parlantes como el papagayo, cada cual puede elegir a quien desea parecerse.

(1)     MARIANI, José Guillermo; “IGLESIA Y POLÍTICA Sin tapujos, Pág 65

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