. ¿QUÉ ES LA PLUSVALÍA?
Por medio de una reiterada difusión, el sistema
neo-liberal nos quiere imponer el criterio que lo que más influye en la
inflación produciendo altos costos en los productos es el salario del
trabajador, incluyendo también las jubilaciones y pensiones. Escuchamos decir a
los expertos en economía (de mercado) que “el costo argentino” es muy alto,
siempre refiriéndose a los salarios, nunca les escucharemos hablar sobre la
rentabilidad de las empresas que las mismas fijan arbitrariamente y según el
ansia de acumulación de dinero que tengan.
Podemos decir sin equivocarnos que la figura de
“Sociedad Anónima” es inmoral, ¿en qué nos basamos para esta afirmación?, muy
sencillo, porque detrás del anonimato del capital de una empresa no tenemos a
la vista ningún nombre de persona concreta a quien decirle: “señor nos parece
que sus ganancias son abusivas, mientras que sus trabajadores no comparten para
nada las utilidades que con su esfuerzo le permiten a usted acumular cada vez
más capital”. Si extendemos esta calificación a las grandes multinacionales
también nos encontraremos con la misma problemática pero agigantada por la
magnitud del capital y el poder acumulado.
Hasta aquí hablamos de empresas productivas, ¿cómo
tendríamos que calificar a aquellas que su fin exclusivo es la especulación
financiera? Vemos que éstas dominan a los gobiernos no solo en forma directa
sino por medio de organismos internacionales que son representativos de las
mismas, como es el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI). Este sistema
no es efectivo sin que haya corrupción, o mejor dicho funcionarios corruptos. Y
cuando los gobiernos acceden entrar en este juego saben perfectamente que para
su aplicación deben utilizar la represión cuando el pueblo comience a
defenderse y resistir el modelo de explotación y de un país para pocos.
La Constitución Nacional de 1949 (ver pág. 20 de
esta edición), garantizaba en uno de sus capítulos los Derechos del Trabajador
y en su artículo 40 protegía de la rapiña de los poderosos nuestros recursos
naturales. Cuando en 1957 por medio de un bando militar la dictadura la anula y
convoca a una convención para su reforma, se retorna a la C.N. de 1853,
agregándole un artículo, el 14 bis, donde resume de manera comprimida los derechos
laborales. Pero este mismo artículo no es respetado en sus términos, siendo
extraño que los gremialistas nunca exigieron su cumplimiento, veremos el por
qué.
Dentro de esa apretada síntesis que enumera los
derechos del trabajador, hay uno que es fundamental para una más justa
distribución de la renta de las compañías: participación en las ganancias de las empresas, con
control de la producción y colaboración en la dirección. Como
podemos observar, de aplicarse esta disposición constitucional, los
trabajadores conocerían también el manejo empresarial y cual es el grado de
rentabilidad.
El diccionario de
la Real Academia Española (RAE) se refiere a la plusvalía como el aumento del valor de un objeto
o cosa por motivos extrínsecos a ellos. El concepto, también
conocido con el nombre de plusvalor, fue desarrollado por el
alemán Karl Marx (1818–1883).
De acuerdo con lo
expuesto por Marx, la plusvalía consiste en el valor que el
obrero que percibe un salario por su labor genera por encima del dinero que
representa su esfuerzo laboral. Dicho valor, que podría definirse
como trabajo no pagado al obrero,
queda en poder del capitalista, quien ve en la plusvalía la base de la
acumulación monetaria.
Para
entenderlo mejor iremos a un caso concreto:
En los países europeos, EEUU de
Norteamérica, Canadá, Japón las grandes
cadenas de supermercados tienen un porcentaje de ganancias, entre lo que pagan
al fabricante o al productor y lo que le cobran al consumidor entre un 7 y un 9 %
y los accionistas de esas grandes cadenas de supermercados están locos de
contentos porque es un índice bien alto, un promedio del 8 %.
cadenas de supermercados tienen un porcentaje de ganancias, entre lo que pagan
al fabricante o al productor y lo que le cobran al consumidor entre un 7 y un 9 %
y los accionistas de esas grandes cadenas de supermercados están locos de
contentos porque es un índice bien alto, un promedio del 8 %.
EN LA REPÚBLICA ARGENTINA los
estudios realizados artículo por artículo,
supermercado por supermercado demuestran que EL PROMEDIO DE
RENTABILIDAD OSCILA ENTRE UN 40% Y 250%… ¡UN DISPARATE!….
supermercado por supermercado demuestran que EL PROMEDIO DE
RENTABILIDAD OSCILA ENTRE UN 40% Y 250%… ¡UN DISPARATE!….
Estos datos fueron obtenidos por
relevamientos efectuados por la Organización Consumidores Libres y también por
el Centro de Almaceneros de Córdoba.
De este simple ejemplo podemos
inferir que la economía de mercado que pregona el neo-liberalismo conlleva un
total abuso por parte de quienes tienen el poder de regular los precios de los
productos. El Estado, en un gobierno democrático y popular, es el que debe
intervenir con políticas concretas para proteger al más débil de la cadena, es
decir al consumidor, que somos la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas, de
otra manera nos encontramos con un escenario donde los que más tienen cada vez
tendrán más y aquellos que menos tienen se encontraran cada día un poco más
pobres.
La mejor manera de defensa que
tenemos como pueblo es tomar conciencia de esta injusticia distributiva,
informándonos (no por los medios del sistema), aprendiendo y estudiando también
como funciona la economía. Para ello es cierto necesitamos dedicarle parte de
nuestro tiempo, aunque no sea mucho, y de hacerlo nos iremos convirtiendo cada
vez más en mejores ciudadanos y ciudadanas, sabremos defender nuestros derechos
y además con mayor conocimiento nos animaremos a participar en todos los
aspectos que hacen que una comunidad pueda vivir mejor, es decir desde la
política, los gremios, las organizaciones, etc.
Está en cada uno de nosotros que
algún día se dispare un “tiro para el lado del pueblo”.
Hasta la próxima.
Nicolás Salcito
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