ENTRE PATRIOTAS Y PATRIOTEROS
Para poder realizar una
reflexión sobre que es ser un patriota o un patriotero/patriotera, debemos
antes buscar una definición de cada uno de estos términos, así tenemos:
Patriota: Es quien ama
profundamente a su patria, trabaja y se arriesga por ella y también por el
bienestar de su pueblo. Sus valores fundamentales son la solidaridad, la
humildad y el desprendimiento de las cosas materiales, entre otras.
Patriotero/a: Lo percibimos en quienes
alardean excesiva
e inoportunamente de patriotismo. Se destacan en la
exteriorización de sus actos el individualismo, el egoísmo, la codicia y algún
grado de ignorancia sobre los temas por los que se expresan.
Luego de dejar en claro
desde dónde hablamos sobre estos términos, empezamos a analizar las diversas
realidades históricas que con el tiempo fueron definiendo las actitudes de los
pueblos frente a distintos acontecimientos.
Los imperios que
dominaron a la humanidad o a parte de ella, fueron extendiendo sus dominios de
diversas formas muy raramente pacíficas. La invasión de países por parte de los
mismos ha sido violenta y mediante la guerra con quienes se oponían a su
voluntad, derramando torrentes de sangre en sus poblaciones no respetando edad,
sexo o condición de los habitantes.
La causa de esta anexión
de territorios y países ha sido siempre la de obtener los recursos naturales de
los mismos y también tener mano de obra barata, o mejor esclavos, para su
explotación.
América no fue la
excepción a la regla, aquí le agregaron un elemento purificador de las acciones
violentas, la “evangelización”, en el territorio del norte (hoy EE. UU.) lo
hicieron con la biblia y el rifle, en el sur con la espada y la biblia. En el
primero fueron más efectivos en el exterminio de los pueblos originarios,
quedando hoy en día muy pocos integrantes de los mismos; en el sur
sobrevivieron algunos más, muriendo la mayoría en forma directa por los
“conquistadores” o indirectamente debido a la explotación extrema en la
extracción de los recursos de la tierra o en otros tipos de trabajos.
No conformes con el trato
que le dieron a los originarios de estas tierras, “exportaron” del continente
africano a miles de habitantes mediante la trata de esclavos, que fue pingüe
negocio para muchos inescrupulosos. Por supuesto esta “inmigración” no fue
voluntaria de los que la sufrieron, persiguiendo con ello que los que llegaban
a nuestras tierras perdieran el sentido de pertenencia al terruño que los vio nacer
y crecer, sufriendo así el desarraigo de lo que era su patria y como
consecuencia un elemento más para no luchar por la misma, aquí eran extraños,
no conocían las nuevas culturas ni las costumbres cayendo así en una total
indefensión. Aunque vemos que esa metodología no logró el resultado esperado,
hoy las distintas etnias muestran que han preservado sus acervos culturales y
cuando tienen oportunidad hacen escuchar su voz y su fuerza. Comprobamos que la
patria de origen late siempre en el corazón.
Y POR CASA ¿CÓMO ANDAMOS?
La Argentina por supuesto
no está exenta de todos estos avatares de la historia, hoy algunos ingenuos, o
no tanto, quieren hacer creer a la ciudadanía que la grieta que hoy nos divide
surge apenas unos 70 años atrás, lo que es una falacia inventada por los
dominadores actuales de nuestra patria. Desde los tiempos de las luchas por
nuestra independencia del poder español ha habido distintas facciones en pugna,
las que vamos a sintetizar entre federales y unitarios.
Debemos aclarar que dentro
de los patrioteros/as hay que incluir a un núcleo indispensable de individuos
que los colonizadores de todo tiempo necesitan para cumplir el cometido de
quedarse con nuestras riquezas, estos son los cipayos, la Real Academia Española (RAE) desde hace tiempo
la tiene entre sus términos. Lo define tan simple como: “Secuaz a sueldo”. Es
decir, algo así como un mercenario. Una curiosidad se suma: un cipayo es, según
la RAE, un “soldado indio de los siglos XVIII y XIX al servicio de Francia,
Portugal y Gran Bretaña”. El término, posiblemente, fue traído originalmente al
vocabulario popular por Arturo Jauretche.
En la frustrada invasión
de la flota anglo-francesa que dio lugar a la batalla de la Vuelta de Obligado,
donde las tropas patriotas impidieron que cumplan su cometido, había embarcados
algunos unitarios vernáculos que brindaban a los invasores la logística
necesaria para acceder a nuestros ríos, no olvidemos el desconocimiento que
éstos tenían de nuestro territorio.
Otro hecho de cipayaje
fue la Ley de Enfiteusis sancionada el
18 de mayo de 1826 por el primer Presidente de las Provincias Unidas del Río de
la Plata, Bernardino Rivadavia, como garantía del Empréstito Baring Brothers,
que había hipotecado todas las tierras y
demás bienes inmuebles de propiedad pública, prohibiendo su enajenación en toda la Nación. Este empréstito se terminó
de pagar en 1947, unos 120 años después. Perón canceló en ese momento toda la
deuda externa –rememora el economista Jorge Gaggero–. Esto le permitió declarar
con toda solemnidad la 'independencia económica' en la Casa de Tucumán.
Si buceáramos un poco más
en el transcurrir histórico de nuestro país vamos a encontrar algunas perlitas
más de este tipo de acciones nada favorables para nosotros.
Instrumentos de recolonización
Según Javier Tolcachier,
en la actualidad los países imperiales están utilizando nuevos instrumentos en
su estrategia de recolonización, algunas de ellas son: “La manipulación de las
poblaciones mediante corporaciones mediáticas para atacar a los gobiernos
progresistas…” “… las extorsiones financieras y la re-evangelización de
carácter neopentecostal…”
Hoy con la aparición de
la pandemia del Covid19, la situación mundial se ha resentido en muchos
sentidos, pero también ha hecho subir a la superficie las fortalezas y
debilidades de la sociedad, así observamos que muchísimos varones y mujeres
trabajan arduamente para que este mal sea lo menos doloroso para nuestra
comunidad, en esas acciones demuestran su amor por la patria arriesgando su
seguridad personal en aras del bien común, haciéndolo solidariamente, con
humildad y sin esperar más recompensa que la satisfacción de haber servido al
pueblo.
Estos son los patriotas
de hoy en día, que reconocen en el otro a la patria misma y están dispuestos a
dar la vida por sus semejantes.
Como decía Héctor Germán
Oesterheld: “El único héroe es el héroe colectivo”.
Los símbolos patrios
Estando en el mes de
junio tomaremos como ejemplo a nuestra enseña patria, la Bandera Nacional.
Cuando el general patriota Manuel Belgrano creó nuestro pabellón nacional, que
por supuesto no le fue nada fácil ya que el Triunvirato se opuso a la misma, en
especial su secretario Bernardino Rivadavia, ya que “no querían ofender a los
extranjeros” en especial a Gran Bretaña. No podemos olvidar que Belgrano por
aquellos años ya hablaba de independencia y esto provocaba escozor a los
cipayos.
Hoy las luchas por la
independencia no son por medio de guerras de ejércitos que se enfrentan en el
campo de batalla, sino que debemos adecuarnos a las nuevas estrategias de
dominación que mencionamos más arriba. Por lo tanto, visualizar al enemigo no
es tan sencillo precisamente por los instrumentos que utilizan, las grandes
corporaciones económicas y el poder financiero son hoy a los que debemos
enfrentar para la defensa de nuestro patrimonio e independencia nacional.
Con respecto al uso de la
Bandera Nacional para diferenciarnos del campo enemigo hoy es un dilema debido
a esa ignorancia que algunos tienen sobre los temas que salen a defender, que
mencionábamos al principio de esta nota, cuando definíamos al patriotero/ra.
¿Puede concebirse que se convoque a un “banderazo”, justo en el día que se
celebra su creación, para defender a un grupo de piratas económicos que han
usurpado parte del patrimonio del país?
La respuesta la dejo
librada a los amigos y amigas que nos leen.
Hasta la próxima edición.
Nicolás Salcito
Ver la publicación completa en: www.haciendocamino.com.ar/hc-158.pdf
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