jueves, 25 de marzo de 2021

EDITORIAL DE HACIENDO CAMINO DE MARZO 2021

 AGAZAPADOS DETRÁS DE LA REPÚBLICA

NUNCA MÁS, Memoria, Verdad y Justicia, es una consigna que ciudadanos y ciudadanas de bien, pertenecientes o no a organismos de DD. HH., hemos construido a lo largo de muchos años de lucha, y que visibilizamos con mucha fuerza cada 24 de marzo, cuando recordamos el inicio en aquel lejano 1976 de la última dictadura cívico-eclesiástico-militar que llenó de tanto dolor e ignominia a nuestro pueblo.

Los sectores de derecha, que tan bien representan a nuestra oligarquía y a los sectores económicos que tienen el poder en nuestra querida Argentina y que por ningún motivo quieren perder sus privilegios de clase, con el agravante que tampoco desean que los trabajadores, abarcando aquí a quieren conformamos la mayoría de nuestra población y sin distinción de las tareas que realicemos, disfrutemos de los derechos que con mucha lucha y esfuerzo se han ido conquistando, dejando en ese andar muchas vidas y sangre sobre las calles de la patria y del mundo.

No debemos olvidar que esa derecha que mencionamos siempre había accedido al gobierno por medio de golpes de estado, en 2015 por primera vez entran al gobierno por medio de las urnas, por el voto de la ciudadanía. Esto los ha envalentonado y están convencidos que pueden volver a hacerlo. No son gratuitas las manifestaciones que sus dirigentes largan a la sociedad que, blindaje mediático mediante, hace que muchos y muchas que, viviendo en un termo, se van estructurando las neuronas y alimentando el histórico odio que han engendrado en la población contra los gobiernos que denominan “populistas”.

Hay acciones de gobierno que han llevado adelante durante los cuatro años que gobernaron que muestran a las claras cual es el objetivo que tienen. Por ejemplo, Macri cuenta con orgullo en su libro que le recomendó a Vidal que no pagara los aguinaldos a los trabajadores bonaerenses. Esto es típico de aquél que nació patrón y nunca debió vivir de un salario.

María Eugenia Vidal, ni lenta ni perezosa se despachó: “Cada uno debe cobrar la jubilación en base a lo que trabaja. Las pensiones por viudez no tienen lógica alguna y causan mucha pérdida al sistema”, es decir que para Vidal una mujer casada que se dedicó al cuidado del hogar y los hijos mientras su pareja trabajaba, si ésta muere ella no tendría derecho a la pensión, entonces que se suicide, ese es el mensaje. Por supuesto que cuando habla de la enorme pérdida, se está refiriendo al sistema que ellos defienden, el capitalista neo-liberal.

Por ello no hay que menospreciar las acciones que vienen desarrollando, agazapados detrás de la república, como les encanta manifestar, apropiándose de los símbolos que de alguna manera la representan: bandera, escudo, himno, etc., los que levantan en muchas de sus acciones: tractorazos, puebladas, manifestaciones anti cuarentena, anti vacunas y cualquier acción que lleve adelante el gobierno. Hay que destacar la que realizaron en Plaza de Mayo cuando arrojaron bolsas negras de plástico simulando la presencia de cadáveres y las operaciones que efectuaron con la intención de desestabilizar al gobierno de la provincia de Formosa, siempre con la complicidad del poder mediático concentrado.


Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad

“Hay que cambiar el concepto de complicidad. La complicidad implica que uno ejecuta una acción y el otro la consiente o acompaña. En relación con las empresas y la última dictadura militar, hablar de complicidad es insuficiente. Hay que hablar de responsabilidad”. La afirmación es de Victoria Basualdo, Andrea Copani y Alejandra Esponda, integrantes del equipo de Investigación que publicó dos vastos volúmenes sobre la responsabilidad empresarial en los años de plomo, con un capítulo dedicado a Las Marías, la yerbatera correntina donde hubo trece secuestros y dos desaparecidos, sin que hasta ahora hayan sido juzgados los responsables.

El trabajo abarca la situación de 25 empresas en todo el país, que tuvieron una abierta participación en la represión militar y se beneficiaron con el rumbo económico. Algunas aportaron sus cuadros económicos a la administración militar o aportaron logística, vehículos o terrenos para sus operaciones.  En los casos más extremos, montaron Centros Clandestinos de Detención en las propias fábricas, como los casos de Ford, Mercedes Benz, donde los grupos de tareas torturaron a sus propios empleados. No fueron hechos aislados. Se documentaron secuestros y torturas en 22 de los 25 casos estudiados.

Las investigadoras hacen una distinción entre el poder económico y las Fuerzas Armadas como herramienta represiva. Las empresas integraron sus cuadros directivos a la administración política. Por ejemplo, José Alfredo Martínez de Hoz, que pasó de Acindar a ser el ministro de Economía de los primeros cinco años de la Dictadura. Muchas empresas se beneficiaron directamente con las políticas económicas, como la promoción industrial, la estatización de la deuda o los planes de obra pública. Sin embargo, a otras, pese al entusiasmo colaborativo, les fue mal, por sus propios planes de desarrollo y por perder capacidad productiva con sus obreros presos.  

Las investigadoras coinciden en que militares y corporaciones compartían un objetivo común: frenar el activismo sindical y controlar la creciente organización de los trabajadores.

Los grandes grupos se consolidaron, como el complejo siderúrgico, con Acindar y Techint a la cabeza. Tuvieron saltos en los procesos productivos que le permitieron expandir sus rangos de acción y ganancias. Acindar se benefició después con la estatización de la deuda. Las automotrices como Fiat, Ford y Mercedes Benz lograron mejorar sus costos controlando los reclamos sindicales. En esas fábricas se montaron centros clandestinos de detención.

Taller Gráfico, la imprenta del diario La Nueva Provincia, que reivindicaba desde sus editoriales a la Dictadura, sí fue partícipe directo en la colaboración con la dictadura en la persecución y asesinato de al menos dos trabajadores.

Muchos genocidas castrenses hoy han sido juzgados y condenados, debemos continuar la lucha para que también los responsables civiles y eclesiásticos corran la misma suerte.

NI OLVIDO NI PERDÓN, JUSTICIA.

Nicolás Salcito

 

Ver la publicación completa en:

www.haciendocamino.com.ar/hc-167.pdf


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