AGAZAPADOS DETRÁS DE LA REPÚBLICA
NUNCA MÁS, Memoria, Verdad y Justicia, es una consigna que ciudadanos y
ciudadanas de bien, pertenecientes o no a organismos de DD. HH., hemos
construido a lo largo de muchos años de lucha, y que visibilizamos con mucha
fuerza cada 24 de marzo, cuando recordamos el inicio en aquel lejano 1976 de la
última dictadura cívico-eclesiástico-militar que llenó de tanto dolor e
ignominia a nuestro pueblo.
Los sectores de derecha, que tan bien
representan a nuestra oligarquía y a los sectores económicos que tienen el
poder en nuestra querida Argentina y que por ningún motivo quieren perder sus
privilegios de clase, con el agravante que tampoco desean que los trabajadores,
abarcando aquí a quieren conformamos la mayoría de nuestra población y sin
distinción de las tareas que realicemos, disfrutemos de los derechos que con
mucha lucha y esfuerzo se han ido conquistando, dejando en ese andar muchas
vidas y sangre sobre las calles de la patria y del mundo.
No debemos olvidar que esa derecha que
mencionamos siempre había accedido al gobierno por medio de golpes de estado, en
2015 por primera vez entran al gobierno por medio de las urnas, por el voto de
la ciudadanía. Esto los ha envalentonado y están convencidos que pueden volver
a hacerlo. No son gratuitas las manifestaciones que sus dirigentes largan a la
sociedad que, blindaje mediático mediante, hace que muchos y muchas que,
viviendo en un termo, se van estructurando las neuronas y alimentando el
histórico odio que han engendrado en la población contra los gobiernos que
denominan “populistas”.
Hay acciones de gobierno que han
llevado adelante durante los cuatro años que gobernaron que muestran a las
claras cual es el objetivo que tienen. Por ejemplo, Macri cuenta con orgullo en
su libro que le recomendó a Vidal que no pagara los aguinaldos a los
trabajadores bonaerenses. Esto es típico de aquél que nació patrón y nunca
debió vivir de un salario.
María Eugenia Vidal, ni lenta ni perezosa se despachó: “Cada uno debe cobrar la jubilación en base a lo que trabaja. Las pensiones por viudez no tienen lógica alguna y causan mucha pérdida al sistema”, es decir que para Vidal una mujer casada que se dedicó al cuidado del hogar y los hijos mientras su pareja trabajaba, si ésta muere ella no tendría derecho a la pensión, entonces que se suicide, ese es el mensaje. Por supuesto que cuando habla de la enorme pérdida, se está refiriendo al sistema que ellos defienden, el capitalista neo-liberal.
Por ello no hay que menospreciar las
acciones que vienen desarrollando, agazapados detrás de la república, como les
encanta manifestar, apropiándose de los símbolos que de alguna manera la
representan: bandera, escudo, himno, etc., los que levantan en muchas de sus
acciones: tractorazos, puebladas, manifestaciones anti cuarentena, anti vacunas
y cualquier acción que lleve adelante el gobierno. Hay que destacar la que
realizaron en Plaza de Mayo cuando arrojaron bolsas negras de plástico
simulando la presencia de cadáveres y las operaciones que efectuaron con la
intención de desestabilizar al gobierno de la provincia de Formosa, siempre con
la complicidad del poder mediático concentrado.
Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad
“Hay que cambiar el concepto de
complicidad. La complicidad implica que uno ejecuta una acción y el otro la
consiente o acompaña. En relación con las empresas y la última dictadura
militar, hablar de complicidad es insuficiente. Hay que hablar de
responsabilidad”. La afirmación es de Victoria Basualdo, Andrea Copani y Alejandra
Esponda, integrantes del equipo de Investigación que publicó dos vastos
volúmenes sobre la responsabilidad empresarial en los años de plomo, con un capítulo dedicado a Las Marías, la yerbatera
correntina donde hubo trece secuestros y dos desaparecidos, sin que hasta ahora
hayan sido juzgados los responsables.
El trabajo
abarca la situación de 25 empresas en todo el país, que
tuvieron una abierta participación en la represión militar y se beneficiaron
con el rumbo económico. Algunas aportaron sus cuadros económicos a la
administración militar o aportaron logística, vehículos o terrenos para sus
operaciones. En los casos más extremos, montaron Centros Clandestinos de
Detención en las propias fábricas, como los casos de Ford, Mercedes Benz, donde
los grupos de tareas torturaron a sus propios empleados. No fueron hechos
aislados. Se documentaron secuestros y torturas en 22 de los 25 casos
estudiados.
Las investigadoras hacen una
distinción entre el poder económico y las Fuerzas Armadas como herramienta
represiva. Las empresas integraron sus cuadros directivos a la administración
política. Por ejemplo, José Alfredo Martínez de Hoz, que pasó de Acindar a ser el
ministro de Economía de los primeros cinco años de la Dictadura. Muchas
empresas se beneficiaron directamente con las políticas económicas, como la
promoción industrial, la estatización de la deuda o los planes de obra pública.
Sin embargo, a otras, pese al entusiasmo colaborativo, les fue mal, por sus
propios planes de desarrollo y por perder capacidad productiva con sus obreros
presos.
Las investigadoras coinciden en que
militares y corporaciones compartían un objetivo común: frenar el activismo
sindical y controlar la creciente organización de los trabajadores.
Los grandes grupos se consolidaron,
como el complejo siderúrgico, con Acindar y Techint a la cabeza. Tuvieron
saltos en los procesos productivos que le permitieron expandir sus rangos de
acción y ganancias. Acindar se benefició después con la estatización de la
deuda. Las automotrices como Fiat, Ford y Mercedes Benz lograron mejorar sus costos
controlando los reclamos sindicales. En esas fábricas se montaron centros
clandestinos de detención.
Taller Gráfico, la imprenta del
diario La Nueva Provincia, que reivindicaba desde sus editoriales a la
Dictadura, sí fue partícipe directo en la colaboración con la dictadura en la
persecución y asesinato de al menos dos trabajadores.
Muchos genocidas castrenses hoy han
sido juzgados y condenados, debemos continuar la lucha para que también los
responsables civiles y eclesiásticos corran la misma suerte.
NI
OLVIDO NI PERDÓN, JUSTICIA.
Nicolás Salcito
Ver la publicación completa en:
www.haciendocamino.com.ar/hc-167.pdf
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