Por Sigiloso Souza
“De ilusiones vive el chancho creyendo que es
mariposa”, reza una máxima campera.
Las elecciones primarias terminaron de sepultar la
ambición del gobernador cordobés de pelear por el sillón de Rivadavia en 2015.
Sus ocasionales aliados en territorio bonaerense lo abandonaron para sumarse a
la nueva estrella opositora bendecida por el Grupo Clarín y afines: Sergio
Massa. La sangría comenzó con el titular de los gastronómicos, Luis
Barrionuevo, siguió con el ex ministro de Economía Roberto Lavagna y el mazazo
final lo brindó la dura derrota de Francisco De Narváez, que obtuvo el cuarto lugar
en las primarias bonaerenses.
Así, aquella foto (hoy fotomontaje) convocada
por De la Sota el 1 de mayo en Córdoba junto a opositores nacionales sólo ha
dejado caras largas en el Panal. En esos tiempos felices hubo traiciones. Los
supuestos aliados del “Gallego” tejieron alianzas a sus espaldas y lo dejaron
solo. Pero de su soledad De la Sota se enteró tarde y por televisión, cuando
Massa ya se paseaba por TN con la camiseta de “candidato del Grupo” y sus ex
socios celebraban al tigrense.
También Mauricio Macri arregló con Massa a
escondidas del cordobés. De ahí que rechazó la invitación de De la Sota para
sumar a Héctor Baldassi a las filas del peronismo local. Los resultados de las
primarias en Córdoba le dieron la razón a Macri.
Pero de esa foto aún queda el sobreviviente
menos querido, Hugo Moyano, que también recibió un cachetazo en las primarias a
través de su candidato Julio Piumatto, dirigente judicial que no superó el piso
electoral para participar en octubre.
Y como si esto fuera poco, a De la Sota 7 de cada
10 cordobeses le votaron en contra el 11 de agosto. Esto a pesar de contar con
un gran aparato de propaganda que incluye el apoyo mediático millonario de
Canal 12, Canal 8, Cadena 3, Radio Mitre y La Voz del Interior, sólo por
nombrar los medios más fuertes de Capital que gastan miles de
litros de saliva y tinta por día para “honrar virtudes” del gobernador.
Aplaudamos a estos medios por ejercer verdadera y genuinamente la libertad de
expresión.
En fin, De la Sota todavía no se despierta
del golpe en las urnas y se fue de vacaciones, probablemente a desahogar bronca
en playas de arena tibia. Mientras, Unión por Córdoba, puertas adentro, está
que arde y el pase de facturas va y viene.
La candidatura de “Blanquita” Rossi fue un
desacierto. La imagen de la ex conductora radial no sedujo a los cordobeses y
no le sumó votos al PJ, ni por dentro ni por fuera. Carlos Caserio perdió en su
territorio, Carlos Paz, a manos del debutante Baldassi y Juan Schiaretti apenas
alcanzó el 23% de los votos, lo que dejó al desnudo otra mentira mediática: 65%
de imagen positiva del ex gobernador.
¿Y ahora? De la Sota debe empezar a resolver los
problemas de su “querida Córdoba”, que bastante atención necesita luego de
quedar en un segundo plano por su alocado afán personalista.
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