Viernes
30 de Agosto de 2013
Agencia Paco Urondo
El académico se presentó en la
audiencia pública por la ley de Medios como amicus del hegemónico Grupo Clarín.
Por Santiago Gómez
Clarín mandó a la Audiencia
Pública en la Corte a algunos de sus representantes. Fue Eliseo Verón. Se
presentó así, con su nombre. Cuando terminó de hablar, su compañero de oración
dijo que iban en representación de CODELCO, Comité del Consumidor. Pero si parece
ficción, Verón parte de un comité. El valor de la elite. Se creyó que no
perteneciendo por origen, podía pertenecer por inteligencia. Verón, como
Clarín, es hijo del peronismo, y como Magnetto, un furioso antiperonista. Verón
es el tipo más inteligente que tiene Clarín. Los medios, son los medios de los
poderosos, no son los poderosos en sí mismos. Magnetto no es Wall Street, es
uno de sus representantes en la Argentina.
Verón es la definición del
tecnócrata. Ama a Aristóteles más por haber sido asesor de Alejandro Magno, que
por lo que dijo. Encarna el ideal de sujeto que Clarín ayudó a difundir: el
joven emprendedor, que se esfuerza, con voluntad de aprender, de estudiar, de
tener conocimientos técnicos, capaz de aportar a lo público desde la técnica,
pero que dice que no se mete en política. La subjetividad de Verón está hecha
del discurso que, como dice Zaffaroni, nos baja desde el norte. Es un sujeto
liberal que defiende y prioriza el interés privado por sobre el público, el
llegar primero, por sobre el otro. Observemos la presentación que hizo de sí en
la Corte Suprema: se nombró. Su nombre habla por él. Se equipara a una
mercancía, habla la marca. Para quienes no lo conocen, Eliseo Verón escribió,
junto a Silvia Sigal, un libro muy valioso Perón o muerte. Los fundamentos
discursivos del fenómeno peronista. En él hicieron un análisis de los
discursos de Perón antes del regreso, y sostienen la tesis “jódanse por
boludos, el viejo se los dijo y ustedes no lo escucharon”. Lo mismo que sostuvo
ayer cuando habló de las audiencias pasivas, que esperaban la información
masticada.
La política, lejos
La exposición de Verón se centró
en los news papers, es decir, ubicó el centro en los Estados Unidos, poniendo
en el lugar del ideal al New York Times. Recordemos que la ley de Medios no
regula diarios. Diarios e internet, dos aspectos que la Ley no regula.
Consideró a los news papers como los “centros de producción de la información
de las sociedades de occidente”, que de los “cuatrocientos años de historia [que
tienen], en realidad, hay sólo un período bastante breve en el cual pienso se
puede verificar que hubo una relativa autonomía y sustentabilidad de las
empresas que producían información. Eso fue en el siglo veinte, más o menos
entre 1920 y los años 1980, yo diría que en los años 1980 empezó a sentirse una
crisis importante en los diarios, crisis que entonces no era internet la
responsable, venían de antes, muy lentamente, e internet le da el golpe de
gracia a esa crisis”. Cabe destacar que entre 1920 y 1980 se dio la
consolidación del poder financiero a nivel mundial. Estados Unidos se impuso a
nivel mundial, financiando a Europa a través del Plan Marshall y a los países
en desarrollo a través de los organismos internacionales. “Si yo retiro esos
sesenta años de relativa autonomía y sustentabilidad de los news papers
–agregó- con algunos casos que quedaran en la historia, como casos
particularmente importantes de modo de dar información, como el New York Times,
pero no es el único, si yo retiro eso en los otros trescientos y tantos años de
historia, los news papers estuvieron siempre al servicio de los políticos”.
“Entonces, ese momento privilegiado del siglo XX, es un momento donde tuvieron
una cierta sustentabilidad y una cierta rentabilidad, esos elementos creo que
no hay que olvidarlos. Porque la historia muestra que fue el único momento
en el que las empresas de producción de información estaban en condiciones de
enfrentar, y eso se daba, a los gobiernos.”
Verón, como el discurso que baja
del norte, señala que el problema es la política. Que el problema de los medios
de comunicación, y en tanto lo hacen público de la sociedad, es la política.
Decimos, es cierto, la política es un problema de todos, políticos son los
problemas de los que se ocupan los diarios, los problemas con los que el
capital financiero tiene que lidiar para hacer negocios. Verón intenta
diferenciar a los medios de la política, como si no tuvieran una política
comercial. Un Estado presente, con capacidad de intervención, al capital financiero
le aumenta los obstáculos, como identificó Verón hace la Ley de Medios. Verón
encarna el discurso de la anti política, lo promueve, lo diseña, lo difunde.
Este discurso ya está estructurado, Verón lo aggiorna al modo argentino.
Disemina que se trata de estar lejos de la política, porque la política es
sucia, fea, mala, que no nos permite ser quienes queremos ser o, como lo
traducen los medios, tener lo que queremos tener.
Extranjeros go home
Clarín a través de Verón buscó
correr el eje de la discusión, de radios y televisión, para llevarlo a internet
y diario. Discutiendo internet, Clarín se servirá del discurso reaccionario
“cómo puede ser que los extranjeros tengan los mismos derechos que nosotros o,
peor aún, más derechos que los argentinos.” Esto para atacar a Telecom y
Telefónica, sus competidores en el negocio. Verón consideró que la mutación
comunicacional fue generada por internet, pero que internet no es un medio
nuevo sino un nuevo medio de acceso al discurso de los medios. Mientras dos millones
de jóvenes tienen acceso propio a esos discursos de los medios, sin escrúpulos,
Verón dijo que lo que se busca es obstaculizar posibilitando nuevas voces.
Él sabe que de lo que se trata es
del discurso, de construir discursos, porque el sujeto está alienado al
discurso, porque es el discurso el que produce subjetividades. El siglo XX fue
el siglo de la psicología. Entre la revolución de octubre del diecisiete y la
del diecisiete de octubre, la comunicación en los medios mundiales viró,
pasando de estar dirigida a la multitud o la masa, para dirigirse al individuo.
Los interesados en dominar, invirtieron en estudios psicológicos para
investigar cómo se generaban los procesos de representatividad que tenían los
líderes de los distintos socialismo, estudiaron el proceso por el cual se podía
condicionar el accionar ajeno. Verón reconoce la importancia de realizar estas
investigaciones de dominio, y expresa la necesidad de construir “nuevos saberes
sobre formas interactivas y formas de relaciones sociales que hace unos pocos
años no existían”.
La comunicación se redireccionó
al individuo, para evitar que este se acerque a la política y se transforme en
parte de una masa organizada que obstaculice las libertades del mercado. Se
sirven de procesos discursivos de dominación simbólica para promover, cuando el
interés financiero lo precisa, el caos, es decir, una multitud desorganizada en
movimiento, y en tanto sujetos en masa, capaces de realizar acciones que
individualmente no realizarían, sobre todo aquellas que dejan la agresividad a
la vista de todos.
¿Cuándo creció Clarín, sino
cuando los representantes del capital financiero le dieron la estructura física
para producir el papel; cuando el neoliberalismo le pagó con las
privatizaciones, cuando Goldman Sachs entró como accionista, después de que su
consultora Standars & Poor´s
le aprobara un crédito a Multicanal para comprar los cables del interior, con calificaciones de riesgo
mejores que la Argentina, que le permitieron comprar la estructura física para
poder competir en el negocio de internet?
El discurso colonialista
Compartimos la expresión de
Eliseo Verón respecto a que “si uno junta las dos cosas, horizonte histórico e
internet, empieza a entender un poco en qué estamos”. Creo que al analizar la
historia del Grupo, a partir del surgimiento de internet, la lectura de su
accionar se evidencia la dirección: el dominio discursivo del poder financiero.
En 1992 comienza a comercializarse internet y Clarín comienza a
comprar empresas de cables. Internet se vendía por teléfono, Clarín no podía competir con Telecom y
Telefónica porque estas contaban con el monopolio de los caños por los que
circula la información. Para tener una empresa grande de internet Clarín, fue
por las empresas de cable, para hacerse también de su propia estructura física.
Recordemos que antes de transformarse en una mercancía, internet fue sólo una
red de intercambio de información militar creada por el Pentágono, del que
también se sirvieron las instituciones universitarias mundiales.
El capital financiero sabe que
los medios de comunicación son una herramienta mundial indispensable para su
crecimiento, para vender préstamos para necesidades inventadas. Te venden en el
cine, en la radio, en la televisión, en internet, en los diarios, en el
celular. Verón habló de política “sin hablar de política”. El ideal
norteamericano. Ese es su modelo. El modelo que nuestras clases altas eligieron
para escribir nuestra Constitución, las bases de nuestra república. Se escuchó
tanto hablar de los Estados Unidos como modelo en la Audiencia Pública, que
indignaba. Pero es la consecuencia lógica de haber tomado el modelo estadounidense,
es decir, la encarnación actual del discurso imperialista de occidente: el
discurso de la competencia estética, del imperio de las formas, del impero de
una voluntad sobre otra a través de la fuerza, donde para que unos pensaran,
los otros no tenían que tener derechos y se los condenaba a la esclavitud. Como
nos enseña Zaffaroni, los yankees lo hicieron antes que Hitler, con los negros.
El poder no es Magnetto o dos
modelos en pugna
En estos tiempos en que se
discute mundialmente la necesidad de legislar lo que se puede y no se puede
hacer en internet, el capital financiero internacional intenta utilizar la
Argentina como ejemplo para poner límites a los distintos avances de los
Estados por controlar el mercado. La primera lección que intentaron darnos fue
la de los Fondos Buitres, por la reestructuración de la deuda y por haber
terminado con el negocio del endeudamiento. La siguiente parece ser esta. Se
trata de al modo del Estado de Bienestar, el Estado conducido por la política,
o al modo del poder financiero, el Estado conducido por el mercado.
La imagen de fondo que sería un
error seguir construyendo es “Magnetto es el enemigo”. El poder de fondo es el
poder financiero, el Fondo, o mejor dicho, lo que el Fondo representa. Se
desarma el Grupo Clarín y el poder financiero no desaparece. Clarín es la
herramienta comunicacional más grande del poder financiero. Se erigió como
vocero del capital financiero en los setenta. Pasó de representar al capital
industrial, a representar al capital financiero que le pagó con Papel Prensa;
Magnetto pasó de sentarse a la mesa de Videla, a que los presidentes se sienten
a su mesa, después de que él recibiera las órdenes del embajador estadounidense
en el país. Magnetto no es Wall Strett, es su representante en la Argentina. La
pelea que se está dando contra el poder financiero es mundial, por eso los
medios nos combaten, por eso no difundieron la noticia del anillo de internet
para la región, por la importancia de la Unidad Regional. A nadie en el mundo
le caben dudas de que el poder financiero debe ser limitado, lo que sucede es
que hay quienes se le animan y quienes no.
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