Macri, la Independencia y la Patria
Alejados del pasado reciente, en medio de lúgubres festejos
burocráticos, llegamos al bicentenario de la Independencia nacional. Sin fervor
popular, sin pasiones, sin fiesta, el apátrida Macri, nos brinda un nuevo capítulo
de su gestión indiferente al interés común. Es apátrida
porque como es norma en el mundo empresario, sigue solo la ley
del dinero. Es apátrida porque no reconoce ni siente los valores que
subyacen a las grandes epopeyas nacionales. Porque Patria significa
el lugar de los padres, es decir, Patria es la historia de sus hombres y
mujeres, de sus anhelos, sus sueños, su destino. Por ello Patria es también el
lugar de la memoria, la transmisión de generación en generación de un sentir y
un hacer colectivo, de una identidad en constante fluir.
Esta ausencia de recuerdos, de encuentros, fue reemplazado por un
infortunado acuerdo de gobernabilidad, con la presencia del rey de España
y la de numerosas delegaciones militares extranjeras. Es parte de la política
de shock con que el macrismo intenta borrar la ardiente memoria de
nuestro pueblo, hecha de sinsabores, infortunios, esperanzas y
triunfos. Por eso viene a ser el ilusionista que derrama
olvido, componente fundamental de su estrategia, con la violencia de
quien intenta cortar la raíz, afectar la conciencia para que nada de la
savia nutricia del pasado vuelva a envolvernos, a vitalizar el nosotros.
Un nosotros sintiendo y actuando con autonomía, con nuestro pasado heroico y
nuestra cultura, en hermandad con nuestro medio natural y humano, y
también en hermandad con los pueblos de la Patria Grande, para una sociedad con
justicia social. Este mensaje autoritario busca que perdamos la
conciencia, desmemoriemos, porque pretende que desde ahora solo
regirán las lógicas especulativas materiales, los bienes, el dinero.
Pero esa ausencia de convocatoria es lo opuesto a la idea de
independencia. Porque no hay independencia política sin participación activa
de las mayorías populares en las decisiones, no hay independencia política sin
soberanía popular. Como tampoco hay independencia política sin independencia
económica. No puede haber independencia política tramitada
por un gobierno que representa los intereses de los grupos monopólicos.
Nosotros no renunciaremos ni toleraremos argentinos que renuncien al
patriotismo que nos dignifica como pueblo. En el Bicentenario de la
Independencia nacional seguiremos rescatando los ideales de San Martin,
Belgrano, Bolivar, Artigas, Juana Azurduy y todxs lxs protagonistas de las
luchas por la liberación de nuestro pueblo.
¡ VIVA LA PATRIA !
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