Condenaron a las hermanas Jara
Así lo declaró la diputada
bonaerense Karina Nazabal, en relación al fallo que condenó a las hermanas que
se defendieron de un intento de violación.
AGENCIA PACO URONDO: La idea es
hablar de este caso tan resonante que fue el de las hermanas Jara. En el día de
ayer se conoció la sentencia. ¿Qué opinión tenés del caso y de la sentencia?
Karina Nazabal: Este caso, si
bien es un caso que pasó a ser mediático, con mucha fuerza, mucho movimiento de
las organizaciones, es una situación más de injusticia respecto a los derechos
de las mujeres que se vive todos los días en Argentina, judiacializados o no y
donde la víctima -como en este caso- es condenada. Hoy a la mañana escuchaba
cosas sobre el caso y me vino a la cabeza el caso de un periodista -no muy
progresista- que en el marco de un asalto mató a un ladrón en su casa e
inmediatamente quedó libre por haber actuado en defensa propia.
Como era un ladrón el que entró a
su casa y él podía tener portación de arma, era una persona famosa y conocida,
está libre y no hay culpa. Y estas mujeres que intentaron defenderse de la
situación de ultraje a un derecho, terminaron condenadas, estuvieron en la
cárcel, ridiculizadas. Esa es la situación que vivimos las mujeres en la
Argentina todos los días de nuestras vidas.
APU: Casualmente, se da en un
contexto en el que se vienen dando algunas discusiones acerca del rol, de las
características que tiene el sistema judicial argentino.
KN: Sí, esto es algo que pasa en
Argentina pero también se repite en muchos lugares del mundo. Por supuesto que
acá el Poder Judicial es un factor determinante a la hora de que las mujeres
puedan ejercer sus derechos. Así como lo son las políticas sociales en el
gobierno de Néstor y Cristina que han avanzado mucho y desde ahí las mujeres se
han fortalecido mucho, tanto la pensión de ama de casa, las asignaciones por
hijo, la incorporación de mujeres a los programas sociales de trabajo como
Argentina Trabaja, los programas que tiene el Ministerio de Empleo. Desde la
pata social, la mujer se ha fortalecido y hoy puede decir "no me banco más
esta situación de violencia en mi casa, en el trabajo, no me banco más la
violencia institucional". Cuando esa situación toma estado judicial o
policial, ahí, hay como un sistema que ampara la reproducción de una cultura
machista, hegemónica, patriarcal desde todos sus lugares.
Hoy la justicia, por supuesto que
tiene jueces, auxiliares, fiscales y administrativos que dan pelea todos los
días, que acompañan a las mujeres, a los niños para defender sus derechos,
todavía, sigue sosteniendo una cultura patriarcal. Es un daño irreversible,
porque cuando un juez determina la revinculación de una víctima de violencia
con su victimario, la revinculación de un niño que padeció abuso con quien lo
abusó, lo que hace es sostener un sistema patriarcal que lo que define es una
entidad no democrática. Por esto, lo que plantea la Presidenta de una justicia
más democrática que por supuesto no es incompatible.
Alguien me decía, si es justicia
es democrática y yo decía que no necesariamente. La justicia se construye en
función de valores más fuertes que tenga una sociedad en su momento y esa
justicia está construida con valores que hoy ya están en desuso. Queremos un
país más democrático, todos queremos un país más participativo, más igualitario,
entonces, es un paso que tenemos que dar. Los jueces, fiscales y toda la trama
de quienes administran justicia debe acompañar ese proceso de inclusión y
democratización de todas las minorías.
APU: En este caso ¿Hay un
componente de clase? Porque el abogado decía que estas chicas esperaban la
sentencia en prisión porque no es lo mismo una persona con recursos altos que
otra con menos niveles de ingresos.
KN: Sin ninguna duda. Cuando
hablamos de minorías, que casualmente así se los llama a los que menos tienen,
cuando en realidad los que menos tienen son la gran mayoría. Los denominan
minoría por la incapacidad de incidir en algunas decisiones políticas.
Seguramente que el hecho de que las hermanas Jara fueran de una clase obrera,
trabajadora, les generó obstáculos y limitaciones a la hora de reclamar
justicia.
Me parece que es importante decir
que si esa situación se hubiese dado en una clase media alta, lo más probable
es que no hubiese llegado a la justicia, se hubiese resuelto en otro lugar.
También está asociado que las mujeres violadas, ultrajadas, a las que se les
quita derechos, que se las golpea y demás, es la mujer pobre, sin instrucción,
sin conocimientos, sin estudios, sin trabajo, que vive en barrios periféricos
de manera vulnerable. Ese es el perfil, es víctima de violencia por esto,
porque quienes tienen una situación económica más acomodada prefieren preservar
las relaciones sociales, familiares antes de generar una denuncia de esto.
También, todavía en la
concientización de género, en el tema de que todas las mujeres podamos
interpretar eso que dicen las feministas "nos tocan a una, nos tocan a
todas", falta esa concientización desde nuestro lugar de mujer. Seguro en
ese fallo de las hermanas Jara, como en el de Marita Verón, como muchos otros
casos, el caso de Wanda Tadey, intervinieron mujeres. Si bien hay muchas
mujeres que aportaron para que la causa avance y que se haga justicia a favor
de otras mujeres, muchas miran para otro lado.
Otras salen diciendo que eso pasa
en determinado sector social por el sistema de vulnerabilidad. El camino en el
tema de la democratización de la justicia es largo, pero también es muy largo
en el marco de la lucha de las mujeres por esos derechos. Poder interpretar que
cuando se dice violencia hacia las mujeres siempre hablamos de nosotras
también. Porque cuando hablás del otro, perdés la capacidad de generar un
colectivo más fuerte y ahí se terminan perdiendo las discusiones, la justicia.
Esto es lo que aparece como síntesis en el fallo, pero también es lo que vemos
todos los días.
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