Sí, la información pública ha de compensarse en su
veracidad -en su COMPROBACIÓN-; si no, todo se mueve por bla-bla y por un creer en donde las acciones no cuentan
con "lo que hay" veraz -yendo éstas "al acierto" y a un seguro nuevo error-.
Un astuto
manipulador no cambia, mañana será el mismo
aunque con nuevos y más esquivos trucos -siempre en cualquier tema sabe
deslucir lo que le conviene -¡eso es muy fácil!, una vez que se es así-.
Un mal concepto ("la mujer debe servir a la familia",
"es necesaria la guerra mundial para
dignificar a nuestro dios", etc.) o
un concepto irracional o sublimado
en conveniencia parcial siempre reproduce y fortalece todos los grandes intereses retorcidos
y manipuladores de una sociedad. Así es, por eso tal concepto puede destruir mucho o todo si los demás lo apoyan; en claro, hace más daño que muchas otras crueldades.
Y son los
intelectuales, los escritores principalmente, ellos, los que hacen este error
siempre; porque son criaderos de subjetividades y del siempre -en mediación de
subjetividad astuta o de no
realidad- mal valorar.
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