Esclavitud, trata y prostitución, crímenes contra humanidad
El documento final elaborado en la
Cumbre del Vaticano trae una fuerte condena al crimen organizado.
El encuentro de jueces en el Vaticano del que participa una nutrida
delegación argentina, y en el que ayer disertó el papa Francisco, culmina hoy con una fuerte declaración en la que
los magistrados y el Pontífice reclaman más compromiso en la lucha contra el
crimen organizado, que se avance en la recuperación de los bienes de
delincuentes para compensar a las víctimas y que se condene a los clientes de
prostitución.
Además de los diez puntos con
objetivos que suscriben el Papa y las delegaciones de más de 15 países, en el
documento final al que accedió Télam afirman que “la
esclavitud moderna, la trata de personas, el trabajo forzado, la prostitución y
el tráfico de órganos humanos son crímenes contra la humanidad y deben ser
reconocidos como tales”.
“Asimismo, el crimen organizado que
mira directa o indirectamente a expandir la esclavitud moderna en sus formas
antes descriptas, también debe ser considerado un delito de lesa humanidad y
reconocido por tal”, reclama la declaración que será divulgada este sábado
pasadas las 19 de Roma (14 de Argentina) a la que suscriben el presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti y los jueces
Sebastián Casanello, Ariel Lijo, Sergio Torres y María Servini entre otros.
En uno de los planteos más novedosos,
inspirados en la “praxis italiana” como pidió Francisco en su discurso del
viernes en la Pontificia Academia de Ciencias, los firmantes plantean que “los
bienes incautados a traficantes y criminales ya condenados deben ser utilizados
para la rehabilitación y compensación de las víctimas, y para la reparación de
la sociedad”.
“El delito de lavado de dinero debe
ser intensamente perseguido, porque consiste en hacer que los fondos o activos
obtenidos a través de actividades ilícitas como el fruto de actividades
legales”, demanda la declaración de diez puntos que ayer el Pontífice firmó
sobre el techo del Volkswagen Golf en el que llegó ayer al encuentro.
En otro de los puntos, inspirado en
la legislación sueca que muchos participantes consideraron ejemplar, pidieron
que “la sanción de los clientes de servicios sexuales debe constituir parte
integral de la legislación para una eficaz lucha contra la esclavitud y la
trata. Al igual que quien emplea a sabiendas trabajo forzado”.
En sintonía con la preocupación del
Obispo de Roma por los migrantes, el documento final se propone también que la
repatriación de los extranjeros no documentados nunca debe ser una respuesta
sin el acuerdo de las víctimas a fin de evitar el riesgo de las recaídas y de
las actividades ilegales y deshumanas.
Además, se incluyen pedidos para
endurecer las posturas en el tráfico de órganos y abogar por proporcionar un
apoyo adecuado a las víctimas que incluya la asistencia legal y civil.
El encuentro, que comenzó ayer en la
sede de la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano sobre trata de personas
y crimen organizado, contó con el impulso de la Santa Sede y fue organizado por
el legislador porteño Gustavo Vera.
El documento que el Papa y los
participantes firmaron incluye los principales ejes del debate de dos días de
deliberaciones en el Vaticano sobre problemáticas comunes en torno a la trata y
el crimen organizado.
Además de los objetivos planteados en
el documento, los jueces y fiscales también hicieron hincapié en la “necesidad”
de aumentar la cooperación internacional para que los distintos países “puedan
actuar en red” y lamentaron los casos de “falta de cooperación” de parte de los
países en los que se depositan las ganancias obtenidas de las que el Papa llamó
“las nuevas formas de esclavitud del siglo XXI”.
Fuente: Télam
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