Vade retro Bergoglio
Francisco recibirá en el Vaticano a la presidenta de la Asociación
Madres de Plaza de Mayo el próximo viernes 27 de mayo. Los macristas
reaccionaron con una campaña en su contra que rápidamente quedó al descubierto.
Hebe de Bonafini escribe, tacha y vuelve a escribir. “Es mucha
responsabilidad”, dice mientras piensa y guarda con celo sus ideas en hojas
sueltas. Quiere aprovechar el tiempo con el Papa. Hace dos semanas le llegó la
invitación desde el Vaticano. Francisco la espera el viernes 27 de mayo, a las
17, en la residencia de Santa Marta. El martes, apenas se confirmó la noticia,
los adalides del diálogo montaron en cólera. Lanzaron una contraofensiva
inesperada: la protagonista elegida fue Margarita Barrientos, la fundadora del comedor
Los Piletones. El miércoles, la mujer recordó de pronto que hace tres años fue
a ver al papa y no la recibió por sus vínculos con Mauricio Macri. A partir de
ese momento empezó a estar online en cuanta radio y pantalla se le ofreciera.
En las redes sociales faltó poco para que promovieran la excomunión de
Francisco.
“¡La que se armó!” repite, entre sorprendida y satisfecha, la presidenta
de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. A lo largo de décadas repudió a Jorge
Bergoglio por la complicidad de la Iglesia durante la dictadura. Desde que el
cardenal se transformó en jefe de la Iglesia Católica y protagonista de la
escena internacional, la disputa se resignificó. Hebe es Hebe pero aceptó
intercambiar cartas con el pontífice. Ella le escribe a Bergoglio para que le
diga a Francisco. El Papa, como es norma en sus comunicaciones, se despide
pidiéndole que rece por él. Ella le reitera, cada vez, que no sabe rezar.
En 2013, cuando era embajador en el Vaticano, Eduardo Valdés había
empezado a gestionar el encuentro con Bonafini. “Eduardo, ella me puede decir
lo que quiera. Le mataron dos hijos y no los pudo enterrar”, recuerda Valdés
que le dijo el Papa en aquel momento. Los problemas de salud de la presidenta
de Madres postergaron el encuentro hasta fines de este mes. Esta vez la
intermediación corrió por cuenta de la pareja de Marta Cascales y Guillermo
Moreno. Los estudios médicos le salieron bien a Bonafini y el encuentro se
confirmó.
Hebe es quizás la personalidad más irritante para gran parte del poder
de turno. Su lazo con Cristina Fernández de Kirchner acrecienta el rechazo. Ese
vínculo sumado al comentario que el propio papa viene repitiendo a sus
interlocutores argentinos fogoneó la reacción destemplada de Cambiemos. “Nunca
pensé que se iba a instalar este clima de confrontación, de revanchismo que no
existía desde el ‘55 en la Argentina”, le dijo el pontífice a un grupo de
sindicalistas el miércoles pasado y les advirtió que se los decía porque ya se
lo había comentado a Macri cuando lo recibió en la Biblioteca del Vaticano. En
ese encuentro Francisco no esbozó ni una sonrisa.
Campaña fallida
Las operaciones mediático-políticas a veces son muy bien urdidas, otras
dejan ver los costurones chapuceros. A veces la cronología de los hechos aporta
luz sobre la confusión con la que juegan y sólo se trata de dejar hablar a los
protagonistas para que el relato se autodestruya. Este es el caso.
El papa argentino parecía el sueño incumplible para los sectores
católicos. El 13 de marzo de 2013 sintieron como un milagro la elección de
Jorge Bergoglio. Basta leer las crónicas de La Nación, empapadas de las
lágrimas emocionadas de los editores, para comprender la plenitud de ese
momento. El 18 de marzo, apenas un día antes de su asunción formal, el cardenal
recibió a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El vínculo
entre ambos había sido tenso pero el encuentro abrió el camino a dos jefes de
Estado dispuestos a priorizar coincidencias en el escenario internacional. Un
día después, el todavía jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, asistió a la
ceremonia de asunción de Francisco.
Ese 19 de marzo de 2013, Macri contó: “Apenas llegué y un obispo me
pidió que lo acompañe. Terminé a cuatro metros del papa, lo pude saludar y me
dijo: ‘Como no me la trajo a Antonia’. Le dije ojalá esto ayude a la Argentina
a unirse y me contó que estaba muy contento con todo lo que sucedía en Buenos
Aires en esos momentos”. En esa época Macri, la ahora vicepresidenta Gabriela
Michetti y la diputada Elisa Carrió se ufanaban de su buena onda con el
pontífice.
El 23 de abril de ese 2013, la fundadora del comedor Los Piletones fue
sumada a una pequeña comitiva encabezada por el orfebre Carlos Pallarols para
ver al papa en la audiencia pública de los miércoles. Pasaron más de tres años
y de pronto el día después de la confirmación de la audiencia
Francisco-Bonafini, Margarita Barrientos declaró en el canal América: “Me fui a
conocerlo pero no me recibió. Un matrimonio me pagó el viaje con Isidro. Fuimos
con Pallarols y Karina Vilella. Teníamos las tarjetitas celestes para ubicarnos
pero vinieron los guardias y nos sacaron. Todo político desgraciadamente. Me
dolió un poquito.”
–¿Por su vinculación con Macri? –inquirió un periodista en Desayuno
americano.
–Exacto –completó Barrientos y de paso recordó que en la misma audiencia
había estado la titular de Abuelas de Plazo de Mayo, Estela de Carlotto.
Por la tarde, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, posteó en Facebook “Hay
mucha gente que se sintió ofendida o indignada porque el papa va a recibir a
Hebe de Bonafini. Los entiendo. No la conozco personalmente a Bonafini pero es
difícil encontrar otro argentino que haya sido tan agresivo y ofensivo contra
todo aquel que pensara distinto que ella. Y también muchos sienten que son
demasiados gestos para un lado y pocos para otro”. Al final, el egresado del
Champagnat concedió: “Entendamos que la tarea del Papa es evangélica y
espiritual no política partidaria”.
El jueves Carlotto calificó como “una novela absurda” producto de “una
imaginación febril” su supuesta influencia para evitar el contacto de
Barrientos con el Papa. El viernes en diálogo con Radio con Vos, Barrientos,
quizás sin darse cuenta, le dio la razón:
–Esto me lo había guardado para mí. Ahora lo dije, que sé yo. Hace rato
me decía una chica que tenía que hacer ‘pucherito’ si es por Mauricio que no
nos recibió. Estoy segura que él (Francisco) no sabía –dijo con el mismo tono
resignado con que dos días antes había dicho lo contrario.
No le preguntaron quién y cuándo le sugirió dar lástima por la supuesta
censura papal pero sí la indagaron sobre qué estaba pasando en el comedor desde
diciembre hasta ahora.
–Hay mucha más hambre en el comedor. Es una gran preocupación del
gobierno la desocupación. A nosotros nos aumentaron casi 80 familias. Teníamos
160.
Amigo equivocado
Los Pallarols se transformaron en los orfebres presidenciales desde el
retorno a la democracia. Juan Carlos y sus dos hijos, Carlos y Adrián. El Papa
cortó relaciones con el padre y Carlos mientras que Adrián es su ahijado y
trabaja con él. Barrientos fue con Carlos, quizás una de las pocas personas a
quien Francisco no recibe. En medios eclesiásticos comentan que cuestiones
personales sumadas al negocio montado en torno a los cáliz en los que se
embeben las hostias transformaron en irreconciliable la relación.
Fue el propio Papa quien a través de Luis Liberman, director general de
la Cátedra del Diálogo y de la Cultura del Encuentro, auspiciada por el
Vaticano, aclaró: “‘Yo nunca supe que Barrientos estuvo acá. Conozco al hijo de
Pallarols pero me llama la atención y me da pena que Barrientos salga a contar
esto que pasó hace tres años. Me parece que el tema tiene más que ver con la
visita de Bonafini y me parece que los medios juegan a banalizar y cosificar
algo que es muy complejo. La visita de Bonafini se empezó a gestar cuando
estuvo Carlotto”. Liberman dijo que el Papa le comentó que “siempre los medios
quieren convertirlo en jefe de la oposición” pero que él “está por encima de
los asuntos internos de la Argentina” y brega “por la unidad y por la paz”.
La andanada no cesó. La diputada Elisa Carrió dijo que “sentía vergüenza
ajena por la actitud del Papa” y reiteró que no irá a Roma aunque se desconoce
que haya recibido alguna invitación. Lo mismo había dicho cuando Francisco le
hizo llegar un rosario a Milagro Sala, diputada del Parlasur y dirigente
social, presa desde hace más de cien días en Jujuy, a quien le fueron creando
delitos luego de detenerla.
En doce días, Bonafini estará con Francisco. Todos estarán pendientes
del semblante del pontífice. Vade retro sonrisa.
Fuente Página 12
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