jueves, 31 de mayo de 2012

TENEMOS UN GOBIERNO PATRIO


http://www.laarena.com.ar/opinion una_buena_noticia__con_limites__tenemos_un_gobierno_patrio-75981-111.html
Una buena noticia, con límites, tenemos un gobierno patrio
A 202 años de  mayo de 2010, lo bueno es que Argentina tiene un
gobierno patrio. Eso es innegable, aunque algunos opositores extremos
se empeñen en la negativa. A partir de ese reconocimiento, se pueden
señalar los límites.
EMILIO MARÍN

Este 25 de mayo, en el Tedéum desde Bariloche -se sigue gambeteando
justificadamente al obispo Jorge Bergoglio- la presidenta trazó un
balance de los nueve años de gobierno. Contó en la estadística
política a la gestión de su marido, que como es notorio, conforma una
misma unidad gubernamental con la suya.

Y puesta a hacer balance de esta casi década, Cristina Fernández de
Kirchner rescató lo que a su juicio es lo sobresaliente. Tenía unas
cuantas para subrayar, pero optó por la que caracterizó como haber
recuperado el sentido de Patria, extraviado entre tantos gobiernos
dictatoriales y de civiles entreguistas a lo largo de una historia más
de bicentenaria.
Tal señalamiento es justo, porque, en efecto, a diferencia de las
administraciones de la Generación del ´80 que se acopló como
semicolonia al imperio británico, de los golpes de la Década Infame,
la Fusiladora y la Revolución (No) Argentina y especialmente la
dictadura del terrorismo de Estado, los gobiernos de Néstor Kirchner y
el suyo propio han adoptado diferentes políticas que protegen los
intereses nacionales y populares.
Se podrán y, más aún, se deberán inventariar también sus límites,
desviaciones y componendas con el núcleo del poder, pero aún así el
lapso 2003-2012 surge por méritos propios y deméritos ajenos como un
gobierno que podría  hacer frente a un tribunal de la historia
integrado por los patriotas de 1810. Los otros gobiernos, incluyendo
los de civiles como Carlos Menem y Fernando de la Rúa, habrían sido
bochados y reprobados por unanimidad.
En orden descendente, a juicio de este cronista, lo más destacado ha
sido el esfuerzo del gobierno por desarrollar la economía, aún con su
lastre monopolista, con el mejoramiento del empleo y la producción
nacional. Esto supuso romper con las ataduras a las eternas recetas de
ajuste y dependencia impuestas por el Fondo Monetario, el Banco
Mundial ya el Consenso de Washington. A partir de allí se explica la
participación del país en el Unasur y la CELAC, la defensa de Malvinas
y la recuperación de YPF, etc.
En segundo término, hay que valorar la profundización de la democracia
que está en la base de la política de derechos humanos. Ver a unos
cuantos genocidas, no tantos como debió ser, con traje a rayas en
cárceles comunes y en arresto domiciliario, es un logro no exclusivo
de los gobiernos kirchneristas –como alardean varios funcionarios-
pero que no se habría producido prescindiendo del aporte político y
legal de aquéllos. Haber juzgado a Videla, haber sacado su cuadro del
Colegio Militar y tenerlo preso en Campo de Mayo, es una victoria de
la democracia y los derechos humanos, pero también de Néstor y
Cristina. Nobleza obliga.
Sin agotar la lista, mejoró la situación de los trabajadores y
sectores más humildes, con las paritarias, con la recuperación
salarial, la AUH, el aumento del presupuesto de Educación, etc.
Como la modestia no suele ser la característica básica de la
presidenta y su movimiento político, de ciertos párrafos de su
discurso surgiría que estos nueve años fueron lo mejor desde 1810.
Varios de los patriotas de Mayo le pedirían que vuelva a estudiar
historia argentina.

Uno se divide en dos
Que aquellos atributos tercermundistas no son un “relato”, lo muestran
dos actitudes de potencias ajenas y otra de las clases dominantes
locales.
El Departamento de Estado acaba de incluir a Argentina en su informe
anual de derechos humanos –la potencia viola esos derechos pero se
erige en fiscal mundial- y allí pone mala nota. Basado en
consideraciones sobre “instituciones débiles” y “justicia ineficaz”,
más casos reales de policía de “gatillo fácil”, el imperio ubica al
gobierno nacional entre los del pelotón de promoción o descenso
directo mundial. Por lo consignado más arriba, queda claro que quien
merece esa ubicación es EE UU, con sus guerras infinitas e injustas,
su espionaje, su Pentágono y sus misiles, sus cárceles secretas más
Abu Ghraib y Guantánamo.
La otra manifestación de encono provino de la Unión Europea, con una
denuncia ante la Organización Mundial de Comercio por supuestas
prácticas comerciales proteccionistas. La jefa de Estado lo refutó en
su discurso de Bariloche, ironizando con que hay un “proteccionismo
legal” de los países más desarrollados y otro “ilegal, de los
gobiernos populistas”.
Fronteras adentro se vio la cerril oposición de los sojeros y demás
propietarios rurales bonaerenses a pagar una actualización de los
impuestos más bien módica en porcentajes y valores absolutos. La
denostaron de “exorbitante” y presionaron sobre la Legislatura en La
Plata, para evitar que los legisladores pudieran tratar la ley. El
argumento de bolsillo es que les resulta caro y la explicación
política es que de aceptarlo estarían incursos en el requerimiento de
impuestos personales, que recauda AFIP (“la reina Cristina”, Buzzi
dixit).
El propio gobierno se encarga de ponerle límites a sus aspectos
patrióticos y tercermundistas, como cuando la presidenta presume de
que Argentina es junto a Canadá el país más libre de regulaciones  en
su comercio exterior.  En la misma línea de pensamiento, la semana
antes de viajar a Angola reivindicó el comercio bilateral con EE UU
donde hay un déficit anual de 3.450 millones de dólares.
Otras veces son otros funcionarios y dirigentes los que abonan esa
tesis de llegar a acuerdos con el imperio, caso de Agustín Rossi
-reporteado en Canal 26- opinando que en la renacionalización de YPF
no pesó ningún criterio ideológico. Tomado al pie de la letra, tal
medida, una de las más auspiciosas de esta década, habría sido fruto
exclusivo de los malos números de la gestión Repsol, que por supuesto
existieron.
Otro límite. Esta semana hubo una marcha popular en Chaco, hacia el
aeropuerto de Resistencia, protestando contra la Central de
Informaciones abierta por el gobernador Capitanich (ex cavallista y ex
duhaldista) en acuerdo con el  Comando Sur del ejército
norteamericano.
Uno se divide en dos. El gobierno tiene su costado patriótico y del otro…

Clarín está nervioso
En la semana hubo dos noticias muy importantes.
Una provino directamente del gobierno nacional, que anunció el cese de
la concesión a TBA de las líneas Mitre y Sarmiento del ferrocarril.
Hubo demoras porque esa quita llegó a tres meses de la catástrofe
ferroviaria de Once, donde hubo 51 muertos y 700 heridos.
El anuncio fue positivo, pero tiene un límite político evidente: no
hay reestatización de esas dos líneas férreas ni en las otras que
vienen  de tiempos menemistas. La concesión se pasará a una nueva
UGOFE donde están los privados Metrovías-Roggio y Ferrovías. En suma,
de un privado, los hermanos Cirigliano, a otros privados como Roggio,
de triste fama en el Subte y otros servicios como los peajes, Aguas
Cordobesas, etc.
Con ese pase de manos no se asegura la inversión estatal ni el buen
destino de los subsidios; tampoco –y es lo más importante- el buen
servicio, la seguridad y la vida de los usuarios.
La otra novedad fue aportada por el portal de noticias del Poder
Judicial. La Corte Suprema de Justicia dio plazo hasta el 7 de
diciembre próximo para la vigencia de la medida cautelar presentada
por Clarín en 2009 y que acogió un juez funcional al grupo, Edmundo
Carbone.
La pregunta es si ahora el grupo monopolista se deberá desprender de
sus licencias audiovisuales en exceso antes de esa fecha fijada por la
Corte. Lamentablemente es difícil que así sea. En todo caso a partir
tendrá un año para respetar el artículo 161 de la ley de medios de la
democracia.
Lamentablemente hay una hipótesis menos optimista: que el mencionado
mal juez falle sobre la cuestión de fondo antes del 7 de diciembre. En
este caso habría apelaciones y recursos de las dos partes (el Estado y
Magnetto y cía) con lo cual los plazos volverían a estirarse.
Lo bueno de la resolución unánime de la Corte Suprema es que fijó un
margen máximo de tres años para esas cautelares, demasiado ancho para
el gusto de este cronista. Con eso fue suficiente para poner nervioso
a Clarín, como solía torear Kirchner. Lo interesante del fallo fue que
reabrió el debate político en el público, sobre medios y monopolios.
Joaquín Morales Solá y Adrián Ventura (columnistas de TN y de “La
Nación”), ponen la realidad patas para arriba. Dicen que la ley de la
democracia (más la relativa al papel para diarios) es una amenaza a la
libertad de expresión. El monopolio es tal amenaza.  Y sus partidarios
agreden, como al equipo de 678.
Dicen que la demora en aplicar esa ley obedece a los recursos del
Estado. El monopolio y sus cautelares ocasionaron la tardanza.
Dicen que con el artículo 161 habrá menos pluralismo. Al revés: con
menos monopolio habrá más variedad de voces.
Dicen que Magnetto hizo muchas inversiones y ahora las aprovecharán
otros. El monopolio invirtió poco y compró barato lo que otras
empresas y medios habían invertido antes. Clarín se subió gratis a los
postes de las cooperativas, como en Santa Rosa.
Clarinete dice que con estas medidas se achicará su patrimonio. Ojalá
fuera cierto: menos monopolio, más democracia.
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Sergio Ortiz
face: Sergio Ortiz
twitter: sergioortizpl

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