miércoles, 21 de noviembre de 2018

EDITORIAL HACIENDO CAMINO NOVIEMBRE


LA ESCLAVITUD EN EL SIGLO XXI DE NUESTRA ERA


Debemos partir de la base que una persona es esclava cuando carece de libertad por estar bajo el dominio de otra, es decir que no puede realizar su voluntad por esta relación en la que se encuentra. Hay diferentes formas de ejercer ese dominio sobre los otros por parte de quienes tienen el poder para hacerlo: porque el sometido tiene temor de quien lo oprime; por el uso irracional de la tecnología, mediante la cual un opresor invisible físicamente doblega nuestra voluntad; diversas adicciones; por medio de las publicidades que subconscientemente nos inducen a consumir o utilizar determinado producto y así podríamos enumerar varias maneras más de cómo se ejerce el dominio sobre los demás.
La intención de esta nota es enfocar el tema sobre los aspectos laboral y políticos, que por supuesto van de la mano en esa relación de dominación.
El haber identificado en el título al siglo que estamos recorriendo como de “nuestra era”, es sencillamente porque la esclavitud existe en la humanidad desde tiempos históricos muy lejanos, lo que nos puede hacer pensar que es parte de la naturaleza humana. Pero también debemos recordar que todos los pueblos que fueron sometidos a la esclavitud lucharon por su liberación. Como ejemplo tomaremos el caso del pueblo hebreo esclavizado por el faraón en Egipto, luego liberado por su líder Moisés, por supuesto luego de realizar diversas “acciones”, que en el relato bíblico aparecen como obra de su Dios, llegando hasta el hecho violento de la muerte de todos los primogénitos de Egipto, en manos del “ángel exterminador”. Veremos en las páginas siguientes de esta narración, que la libertad no es cosa fácil y que hace falta fortaleza y valores como la solidaridad y la esperanza en un futuro mejor para poder convivir en una comunidad y que la misma permanezca unida. También vemos que la función del liderazgo de Moisés es precisamente ir organizando a ese pueblo itinerante preparándolo para cuando lleguen a su meta, es decir a la tierra prometida.