sábado, 27 de junio de 2020

EDITORIAL DE HACIENDO CAMINO DE JUNIO 2020


ENTRE PATRIOTAS Y PATRIOTEROS

Para poder realizar una reflexión sobre que es ser un patriota o un patriotero/patriotera, debemos antes buscar una definición de cada uno de estos términos, así tenemos:
Patriota: Es quien ama profundamente a su patria, trabaja y se arriesga por ella y también por el bienestar de su pueblo. Sus valores fundamentales son la solidaridad, la humildad y el desprendimiento de las cosas materiales, entre otras.
Patriotero/a: Lo percibimos en quienes alardean excesiva
e inoportunamente de patriotismo. Se destacan en la exteriorización de sus actos el individualismo, el egoísmo, la codicia y algún grado de ignorancia sobre los temas por los que se expresan.
Luego de dejar en claro desde dónde hablamos sobre estos términos, empezamos a analizar las diversas realidades históricas que con el tiempo fueron definiendo las actitudes de los pueblos frente a distintos acontecimientos.
Los imperios que dominaron a la humanidad o a parte de ella, fueron extendiendo sus dominios de diversas formas muy raramente pacíficas. La invasión de países por parte de los mismos ha sido violenta y mediante la guerra con quienes se oponían a su voluntad, derramando torrentes de sangre en sus poblaciones no respetando edad, sexo o condición de los habitantes.
La causa de esta anexión de territorios y países ha sido siempre la de obtener los recursos naturales de los mismos y también tener mano de obra barata, o mejor esclavos, para su explotación.
América no fue la excepción a la regla, aquí le agregaron un elemento purificador de las acciones violentas, la “evangelización”, en el territorio del norte (hoy EE. UU.) lo hicieron con la biblia y el rifle, en el sur con la espada y la biblia. En el primero fueron más efectivos en el exterminio de los pueblos originarios, quedando hoy en día muy pocos integrantes de los mismos; en el sur sobrevivieron algunos más, muriendo la mayoría en forma directa por los “conquistadores” o indirectamente debido a la explotación extrema en la extracción de los recursos de la tierra o en otros tipos de trabajos.
No conformes con el trato que le dieron a los originarios de estas tierras, “exportaron” del continente africano a miles de habitantes mediante la trata de esclavos, que fue pingüe negocio para muchos inescrupulosos. Por supuesto esta “inmigración” no fue voluntaria de los que la sufrieron, persiguiendo con ello que los que llegaban a nuestras tierras perdieran el sentido de pertenencia al terruño que los vio nacer y crecer, sufriendo así el desarraigo de lo que era su patria y como consecuencia un elemento más para no luchar por la misma, aquí eran extraños, no conocían las nuevas culturas ni las costumbres cayendo así en una total indefensión. Aunque vemos que esa metodología no logró el resultado esperado, hoy las distintas etnias muestran que han preservado sus acervos culturales y cuando tienen oportunidad hacen escuchar su voz y su fuerza. Comprobamos que la patria de origen late siempre en el corazón.
Y POR CASA ¿CÓMO ANDAMOS?