¿FUNDAMENTALISTA YO?
Muchas veces escuchamos que se cataloga a alguien
como “es un fundamentalista”, en algunas oportunidades también fuimos etiquetados
de igual manera; pero ¿qué es el fundamentalismo? Transcribimos tres
definiciones del Diccionario de la Real Academia Española del término como para
comenzar a orientarnos:
1. m. Movimiento religioso y político de masas que pretende restaurar la
pureza islámica mediante la aplicación estricta de la ley coránica a la vida
social.
2. m. Creencia religiosa basada en una interpretación literal de la Biblia, surgidaen Norteamérica en coincidencia con la Primera
Guerra Mundial.
3. m. Exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica
establecida.
Vemos que las dos primeras se refieren
específicamente a religiones determinadas, en cambio la tercera es más
abarcativa y la podemos aplicar además a distintas situaciones que se dan en
nuestra sociedad como el deporte, la política, la economía entre otras.
Precisamente es la intransigencia que muchas veces asumimos frente a la
discusión de diferentes temáticas y ante la cual no aceptamos las opiniones
diferentes a la nuestra sólo en una postura cerrada en el “no por el no” o “el
sí por el sí” en sí mismo, sin análisis y mucho menos con criterio crítico,
postura de fanatismo hacia el tema en debate.
Esta manera acérrima de defender nuestras ideas
sobre determinados tópicos, muchas veces nos llevan a situaciones que no en
pocas oportunidades pueden convertirse en violentas. De aquí surgen muchas
fobias que hoy pululan en la sociedad.
Juan José Tamayo hace referencia a distintos tipos
de violencia que hoy son cotidianas en nuestras comunidades:
“Los dioses del Mercado, del Patriarcado
y del Fundamentalismo son las nuevas metamorfosis de la creencia en el Ser
Superior. Este cambio explica las tres violencias ejercidas en su nombre: la
estructural, la machista y la religiosa