domingo, 31 de octubre de 2021

EDITORIAL DE HACIENDO CAMINO OCTUBRE 2021

 

¿QUIÉN ESCONDIÓ LA CONSTITUCIÓN NACIONAL?

Cuando alguien comienza a pergeñar la idea de concebir su propia empresa, lo primero que debe plantearse cuál es la viabilidad del producto o servicio a prestar; para ello debe discernir cuales son los costos, es decir preguntarse ¿cuánto me cuesta producir este producto? Y también, ¿cuánto quiero ganarle?, ya que todo negocio  

debe generar sus propios recursos. Según Milton Fridman en la “Teoría de los Precios”, expresa que la fórmula para estimar los costos es la sumatoria de los costos fijos más los costos variables, lo que nos dará como final el costo por unidad de producción.

Luego de esto y de acuerdo a los factores mencionados, podrás determinar el porcentaje de utilidad, que agregado al costo total, te dará el precio de venta para tu producto.

Asimismo es recomendable seguir algunos pasos para fijar los precios de tus mercancías:

1. Identifica y evalúa el mercado al que tu producto o servicio va dirigido. Conoce a quienes les ayudarás a resolver una necesidad, dónde se encuentran, qué edades tienen, cuántos son y cómo actúan.

2. Estudia la oferta de tus competidores. Siendo realista, no hay industria en la que no exista competencia, así que analiza cuál es el precio que actualmente está ofreciendo tu competidor, si es un precio elevado, muy bajo o razonable.

3. Sobre tu producto o servicio, ¿es simple o complejo? Define si es duradero o no duradero. Un producto no duradero es un producto que cumple una necesidad básica e inmediata, que se consume de forma rápida y por lo tanto tiene un precio bajo.

4. Establece tus costos fijos y variables. Para ello es necesario que cuantifiques los costos fijos que deberás cubrir mes a mes para que tu producto pueda estar en el mercado; un ejemplo de estos costos son: luz eléctrica, sueldos, teléfono, alquiler, etc. Por otra parte, los costos variables son los costos que van totalmente relacionados con tu cantidad de producción, es decir, es la materia prima de la que está hecho tu producto.

5. Define tu porcentaje de utilidad deseado. Una vez que identificaste los costos de tu producto el siguiente paso es simple: ¿Cuánto quieres ganar o cuánto crees que tu producto vale? Te recomiendo que lo asignes en porcentaje porque así te será más sencillo el manejo de tu negocio, defínelo en términos como: “Quiero tener un margen de utilidad del 25% por cada producto vendido”.

6. Evalúa tu propuesta de valor. Hacer este análisis es fundamental y es necesario que tomes en cuenta:

·                     ¿Qué propuesta le estás dando a tus futuros clientes?

·                     ¿Qué valor les dará tu producto o servicio para resolver sus necesidades?

·                     Tu producto, ¿hace una combinación adecuada entre costos variables bajos y un buen producto de calidad?

·                     ¿Qué tan eficaz serás en resolver sus necesidades comparándote con la competencia?

Luego de analizar todo lo expresado anteriormente, podemos observar que el único insumo que integra el precio final que es decidido a voluntad del productor es la ganancia o rentabilidad, la que puede ser arbitraria según el “ánimo” del empresario. En ese ánimo un factor importante es la avidez de lucro que puede tenerse, lo que incidirá en el precio del producto de manera crucial, pudiéndose volver peligroso para el bolsillo de los consumidores cuando entran a tallar los efectos de monopolios u oligopolios que imponen sus propias reglas de comercialización debido a una falta de competencia, en muchos casos eliminadas de manera no muy noble.