NO A LA LECHE MATERNA
Iniciaremos esta
nota con un texto de Gustavo Maturano: “Por
los años '50 apareció una severa advertencia de la OMS. Las madres tenían que
dejar de amamantar puesto que en la areola del pezón habitaban bacterias y
virus que le hacían daño a la criatura. Inmediatamente un sinnúmero de mujeres
comenzaron a alejar a sus bebés de la teta.
En simultáneo con
esta advertencia, apareció en el mercado, el producto salvador: la leche en
polvo S 26, y detrás de ella la Empresa Nestlé. Recordaremos cuántas veces
hemos leído en el envase de leche Nido, Vevey - Suiza.
Fue en ese momento
que apareció cual quijote un médico pediatra y sanitarista, nacido en Mendoza,
el doctor Florencio Escardó para denunciar semejante barbaridad y vil engaño
comercial. Desde sus tribunas en diarios, televisión (los mayores lo recordamos
en sus intervenciones en
“Buenas Tardes,
mucho gusto"), revistas, con el pseudónimo "piolín de macramé",
sostuvo una desigual batalla en contra de los inconfesables intereses comerciales
que dominan el planeta.
El doctor Escardó
decía que el miedo y el abandono enferman mucho más que las bacterias y los
virus, y que el uso indiscriminado de la televisión era el opio de los pueblos
con reparto a domicilio.”
Quisimos comenzar
con la transcripción de estas palabras de Gustavo Maturano simplemente porque
consideramos que es un excelente botón de muestra del poco, o mejor ningún
escrúpulo que tienen los empresarios que integran el gran mundo capitalista a
la hora de programar sus ganancias, sin importarles para nada las consecuencias
que pueden tener los consumidores de los productos que fabrican y lanzan al tan
mentado “dios mercado”.
¿Nos hemos
preguntado alguna vez qué influencia tiene la industria alimentaria en nuestra
salud? Si hurgamos un poco en el tema,
descubriremos que junto con la industria farmacéutica son las que mayor
cantidad de dinero mueve en todo el mundo.
También nos enteraremos que la industria alimentaria tiene una influencia enorme en nuestra salud y de una manera que podríamos decir deliberada, pareciera que van en contra de la misma. Existen muchos productos químicos con probado efecto cancerígeno, como los conservantes, emulgentes o colorantes pero además se utilizan aceites, sales y demás sustancias que perjudican nuestra salud.