sábado, 11 de junio de 2022

EDITORIAL DE HACIENDO CAMINO JUNIO 2022

 NO A LA LECHE MATERNA

Iniciaremos esta nota con un texto de Gustavo Maturano: “Por los años '50 apareció una severa advertencia de la OMS. Las madres tenían que dejar de amamantar puesto que en la areola del pezón habitaban bacterias y virus que le hacían daño a la criatura. Inmediatamente un sinnúmero de mujeres comenzaron a alejar a sus bebés de la teta.

En simultáneo con esta advertencia, apareció en el mercado, el producto salvador: la leche en polvo S 26, y detrás de ella la Empresa Nestlé. Recordaremos cuántas veces hemos leído en el envase de leche Nido, Vevey - Suiza.

Fue en ese momento que apareció cual quijote un médico pediatra y sanitarista, nacido en Mendoza, el doctor Florencio Escardó para denunciar semejante barbaridad y vil engaño comercial. Desde sus tribunas en diarios, televisión (los mayores lo recordamos en sus intervenciones en

“Buenas Tardes, mucho gusto"), revistas, con el pseudónimo "piolín de macramé", sostuvo una desigual batalla en contra de los inconfesables intereses comerciales que dominan el planeta.

El doctor Escardó decía que el miedo y el abandono enferman mucho más que las bacterias y los virus, y que el uso indiscriminado de la televisión era el opio de los pueblos con reparto a domicilio.”

Quisimos comenzar con la transcripción de estas palabras de Gustavo Maturano simplemente porque consideramos que es un excelente botón de muestra del poco, o mejor ningún escrúpulo que tienen los empresarios que integran el gran mundo capitalista a la hora de programar sus ganancias, sin importarles para nada las consecuencias que pueden tener los consumidores de los productos que fabrican y lanzan al tan mentado “dios mercado”.

¿Nos hemos preguntado alguna vez qué influencia tiene la industria alimentaria en nuestra salud?  Si hurgamos un poco en el tema, descubriremos que junto con la industria farmacéutica son las que mayor cantidad de dinero mueve en todo el mundo.

También nos enteraremos que la industria alimentaria tiene una influencia enorme en nuestra salud y de una manera que podríamos decir deliberada, pareciera que van en contra de la misma. Existen muchos productos químicos con probado efecto cancerígeno, como los conservantes, emulgentes o colorantes pero además se utilizan aceites, sales y demás sustancias que perjudican nuestra salud.

Si analizamos la cantidad excesiva de azúcar que contienen refrescos, galletas, lácteos y muchos más. Entonces, sin darnos cuenta ingerimos cantidades enormes de azúcar, que no sólo provoca un aumento en el peso que puede llegar a la obesidad, pero lo más grave es que puede provocar una diabetes.

Desde hace tiempo en los Estados Unidos se está incrementando el número de niños diabéticos, como así también otros países que lo están comenzando a padecer influidos por las costumbres del país del norte.

Antonio Suárez (elsevier.com.es) nos alerta sobre algunos productos utilizados por la industria alimentaria: En los últimos años, las enfermedades cardiovasculares se han situado en una de las causas de muerte más importantes y, en parte, se debe a los productos que consumimos. Está ampliamente distribuido el uso de aceite de palma y coco, un aceite con una capacidad muy grande de producir ateromas causantes de arterioesclerosis. Tal es el daño que produce este tipo de grasas vegetales que el gobierno intentó prohibir su uso pero las industrias ejercieron tal nivel de presión acerca de esta medida, asustados ante el incremento en los costes de producción de sus “alimentos”, que la ley no se pudo ejecutar.

Y no debemos pensar que solo los políticos ceden ante su uso a sabiendas de que es un producto terriblemente perjudicial, la Sociedad Española de Pediatría avala productos que lo contienen en cantidades ingentes. No diré marcas en particular pero solo hace falta leer los ingredientes de las galletas para encontrarlo entre sus ingredientes junto al logo de esta sociedad de pediatría que en su página web dedica una sección a comida saludable.

Además, su uso no sólo se limita a las grandes empresas que producen toneladas de bollería al año. También podemos encontrar aceite de palma en la mayoría de restaurantes, sean de comida rápida o no. De nuevo, a costa de ahorrarse unos céntimos, se decide atentar contra la salud pública (sin saberlo seguramente en este caso).

Estos son sólo unos de los múltiples productos añadidos de manera artificial, que se introducen en los alimentos que compramos y que, de eliminarse, podrían suponer no sólo la mejora de la salud de la población general, sino también un ahorro de recursos para la sanidad pública. Cosa que hoy, más que nunca, es necesaria. Por desgracia, esto solo será posible si la población conoce lo que come y opta por no consumir ciertos productos, y para ello, es esencial que nosotros, que nos formamos para asegurar la salud de todos, divulguemos sus riesgos sin dejarnos corromper por el poder económico”.

Promoción y publicidad de alimentos. Recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud - OPS

La publicidad dirigida a los niños de alimentos procesados y ultra procesados y bebidas no-alcohólicas puede tener un impacto en su salud a largo plazo y afectar al cumplimiento de los derechos humanos. Las medidas para proteger, respetar y cumplir los derechos humanos deben incluir la adopción de una regulación y un control efectivos de las industrias de la promoción y la publicidad, asegurando que la protección del interés superior de los niños y niñas sean fundamentales para el desarrollo de legislación y políticas que den forma a las actividades y operaciones comerciales. La regulación efectiva debe también proteger a los adultos de la comercialización de alimentos y bebidas ultra procesados y procesados, de forma que los Estados Miembros puedan cumplir sus obligaciones de proteger el derecho a una alimentación adecuada, el derecho a la salud y los derechos culturales. 

Restringir la publicidad de alimentos y bebidas ultra procesados y procesados es fundamental para alentar y mantener la implementación de regulaciones y restricciones para promover una alimentación saludable y reducir los riesgos de la obesidad y las ENT por parte de los Estados Miembros. 

Datos clave

·                     La publicidad de alimentos y bebidas ultra procesados y procesados ​​​fomenta el consumo excesivo de energía, azúcares, grasas, grasas saturadas, grasas trans y sodio que favorecen el aumento de peso poco saludable, especialmente en las primeras etapas de la vida, el sobrepeso infantil, la obesidad y las ENT relacionadas con la alimentación.

·                     La regulación de la publicidad es una de las medidas más efectivas para reducir la demanda de productos ultra procesados y procesados con exceso de azúcares, grasas, grasas saturadas, grasas trans y sodio. 

·                     La regulación y restricción de la publicidad de alimentos y bebidas ultra procesados es factible y está ocurriendo en muchos países, incluyendo en la Región de las Américas. 

La industria alimentaria y la economía

La empresas que conforman este universo son muy pocas y concentran prácticamente todo el mercado, esto hace que de manera monopólica u oligopólica fijen a su arbitrio los precios de los alimentos que llegan a las góndolas o mostradores ofrecidos a los ciudadanos y ciudadanas.

Esta actitud (y la de algunos almaceneros de barrio) es uno de los componentes que intervienen en la inflación que estamos sufriendo.

Con este escueto análisis sobre este tema tan complicado, podemos afirmar lo que el doctor Florencio Escardo decía: “…que el miedo y el abandono enferman mucho más que las bacterias y los virus, y que el uso indiscriminado de la televisión era el opio de los pueblos con reparto a domicilio.”

Hasta la próxima edición.

Nicolás Salcito

 

 

 

Ver la publicación completa en:

www.haciendocamino.com.ar/hc-182.pdf

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