martes, 18 de diciembre de 2012

PROSIGUE SU ENFRENTAMIENTO CON EL GOBIERNO NACIONAL



A De la Sota sólo le falta foto con el general Menéndez y juez Griesa

El gobernador de Córdoba está culminando 2012 con un enfrentamiento
total con la presidenta de la Nación. Todo aquel que confronta con el
gobierno tiene su bendición. Sólo le falta sacarse una foto con el
general Menéndez y el juez Griesa.
EMILIO MARÍN

No sería extraño que José Manuel de la Sota se entreviste con los
integrantes de la Sociedad Interamericana de Prensa. Claudio Paolillo,
titular de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP, llegó a Buenos
Aires en auxilio de Clarín. El socio de la entidad dice estar siendo
objeto de una presunta campaña persecutoria del gobierno.
La delegación empresaria está entrevistándose con referentes
opositores y por eso la posibilidad de verse con el mandatario
mediterráneo. Aunque esa cita se pospusiera, cada una de las partes ya
coincidió en demonizar la ley de medios de la democracia.
Paolillo declaró su conformidad con el fallo de la Cámara Civil y
Comercial que prolongó la cautelar del monopolio. Y De la Sota
escribió en su Twitter: “La justicia sembró esperanza. Puso límite.
Hay 3 poderes. Hay más democracia y habrá más libertad”.
Esta coincidencia política entre el gobernador y las patronales de la
SIP fue motorizada por Magnetto, luego que dos camaristas afines
contradijeran a la Corte Suprema. Ese es el mundo político y
empresario donde De la Sota se siente a gusto.

En su dilatada carrera política siempre se movió en ese andarivel,
desde que en 1974-1975 fuera secretario de gobierno del intendente
Coronel. Era miembro de la fracción más derechista de ese PJ, que
venía de desembarazarse del gobierno democrático de Ricardo Obregón
Cano-Atilio López mediante el putsch del coronel Antonio Navarro. Hubo
golpe, se persiguió a los sindicatos combativos de Luz y Fuerza y
SMATA, se pusieron bombas en locales partidarios y asesinaron
militantes populares, entre ellos al ex vicegobernador López. Todo
llevaba la marca del Comando Libertadores de América, versión
cordobesa de la Triple A. De la Sota estaba a gusto en ese período de
lopezrreguismo. El brigadier Raúl Lacabanne era el interventor y
decidía cuántas bombas se ponían cada noche.
En los últimos años De la Sota no se llevó bien con el gobierno
nacional, excepto en 2011. El motivo se deduce fácilmente. En agosto
de ese año quería convertirse en gobernador por tercera vez y
necesitaba del apoyo político y financiero de Cristina Fernández de
Kirchner. Entonces sí elogió el crecimiento de la economía, los logros
K de derechos humanos y hasta se atrevió a criticar a la oposición
política por pintar un panorama tétrico, de que todo  andaba mal en la
Argentina.
Se salió con la suya, pues el kirchnerismo no presentó candidato a
gobernador y así se alzó con la victoria, asegurándose también mayoría
en la Legislatura. Los kirchneristas se reservaron para el 23 de
octubre de ese año, cuando ganó CFK y se llevó cuatro diputados
nacionales. Córdoba para “El Gallego” y Argentina para Cristina. Ese
“doble poder” más o menos pacífico terminaría a las patadas en 2012.

La última del Gallego
La última jugada de De la Sota fue ordenar el cierre de la antena de
la Televisión Digital Terrestre que se iba a inaugurar el 6 de
diciembre en Río Cuarto, en un predio de la Empresa Provincial de
Energía de Córdoba.  La misma tiene un área de cobertura de 250.000
potenciales televidentes, que podrían acceder en forma gratuita a la
grilla de 25 canales. Se trata de un programa nacional que viene
poniendo en marcha estas antenas en diversas provincias.
La Secretaria de Ambiente de Córdoba quiso justificar la clausura
invocando la falta de estudios ambientales, pero no hace falta ser un
lince para advertir que primó una decisión política. El gobernador
quería trabar la inauguración que ese día iba a producir la
presidenta.
“Es una clara movida política, con intento de impactar nacionalmente
contra una política pública federal e inclusiva”, manifestó Osvaldo
Nemirovsci,  quien coordina el sistema nacional de TV digital. El
funcionario fue diputado y elaboró proyectos para una nueva ley que
reemplazara a la vigente desde la dictadura militar-cívica.
El veto delasotista contra la estación de TDT buscó repercusión
nacional a favor de Cablevisión, es decir Clarín, casualmente el día
previo al 7-D. Fue un aporte a Magnetto, aunque menor: las estrellas
del monopolio fueron los camaristas Najurieta y De las Carreras.
El martes 4 de diciembre comenzaba en Córdoba el juicio más importante
del interior del país, por violaciones a los derechos humanos. En la
causa La Perla se agruparon 18 expedientes, imputándose a 45
represores, por 417 víctimas y estando previsto que den su testimonio
900 personas.
Pese a la importancia del asunto, el mandatario cordobés brilló por su
ausencia. A la misma hora estaba en la Universidad Austral, del Opus
Dei, en Pilar, disertando en la Escuela de Negocios, presentado por
Juan J. Llach, del equipo cavallista durante el menemismo y luego con
De la Rúa.
Circunstancias como esa hablan por sí solas. No necesitan palabras.
Sin embargo De la Sota las pronunció, haciendo todo más evidente.
Comparó al gobierno con el nazismo, por usar el eslogan “vamos por
todo”. Se juzgaba a los verdaderos nazis, como el general Luciano B.
Menéndez, pero el disertante prefirió atacar a Montoneros como “la
guerrilla antiargentina”. Copiándose del propio Menéndez y otro reo
notable, Jorge R. Videla, aseguró que los sobrevivientes de aquella
organización están en el gobierno o son sus asesores.
Ese punto de vista tan sesgado no fue un tiro al aire. Fue un piropo a
las entidades sojeras que cortaron rutas en 2008, a los caceroleros
del 9-N, a los militares disconformes con los juicios por derechos
humanos, etc. Estos energúmenos han tenido expresiones casi calcadas
para descalificar al gobierno.

“Hood Robin”
En julio-agosto pasado la relación entre las autoridades de Córdoba y
la Nación se quebró. De la Sota aseguró que le debían 1.044 millones
de pesos con destino a la Caja de Jubilaciones, según un convenio
firmado por Juan Schiaretti. La Anses de Diego Bossio negó esa deuda.
Y con ese argumento de enjugar el déficit de la Caja, el gobernador
impuso una ley que -para los jubilados- posterga seis meses el cobro
de mejoras salariales que lograran los activos.
A raíz de eso hubo tres grandes movilizaciones de los empleados
públicos; la del 23 de agosto fue duramente reprimida por la policía.
Los gremios estatales le habían pedido al gobernador que -en vez de
ajustar a los jubilados- elevara el impuesto a los inmuebles rurales,
cuya valuación estaba anclada en los depreciados valores de 13 años
atrás.
La solicitud gremial fue desoída. Peor aún, además de ese ajuste
previsional, se creó un impuesto a los combustibles, de 40 centavos
por cada litro de premium, de 30 en naftas, 25 en gasoil y 15 en gas.
En otras palabras: los problemas de la caja provincial se solventarían
con el esfuerzo de los ciudadanos comunes. Los más pudientes, a salvo.
Esta política fue ratificada por el gobernador en las aulas del Opus
Dei, pues allí explicó que “la pobreza no se combate sacándole al que
tiene”.  Según su filosofía, habría que darle más al que tiene mucho,
para que en algún momento derrame la riqueza hacia abajo.
Por eso en Córdoba paga subsidios a las automotrices Fiat y Vokswagen,
a las empresas del Cluster Tecnológico como Intel,  a las alimentarias
como Avex, a las firmas de Call Centers, etc. A éstas últimas acaba de
darles una exención en el pago de Ingresos Brutos por diez años, pese
a lo cual siguieron yéndose del distrito o despidiendo más personal,
como hizo ICT.
En julio pasado De la Sota visitó la Exposición Rural de Palermo y se
reunió con el presidente saliente de la SRA, Hugo Biolcati. Le aseguró
que en Córdoba no se aumentarían los impuestos al agro, porque allí
“se lo defiende”, en obvia contraposición con el supuesto maltrato
nacional (nunca el sector ganó tanto dinero...). Luego Biolcati lo
acompañó a la exposición de la Sociedad Rural de Río Cuarto, donde los
conceptos pro-soja se repitieron.
Esa política de no recaudar sobre los que más pudientes sino más bien
lo contrario hizo que el gobernador se ganara un nuevo mote. “Hood
Robin”, o Robin Hood al revés, le dijeron Juan M. Abal Medina y Hernán
Lorenzino. Se sumó a los anteriores de Peluquín, De la Soja y otros
sobrenombres.
Los organismos de derechos humanos lo llaman simplemente “facho”,
desde que el 24 de marzo de 2004 declaró que si las Madres se hubieran
ocupado de sus hijos, éstos no habrían desaparecidos. Fue el mismo día
que Néstor Kirchner recuperaba el predio de la ESMA para espacio de la
Memoria, en un memorable acto con HIJOS.
Se dice que una imagen vale más que mil palabras. La de De la Sota con
Mauricio Macri, el 23 de agosto pasado, tras la dura represión a los
trabajadores, confirma la exactitud de esa expresión. Por sus
actitudes y conceptos, quizás el justicialista de derecha está hoy a
la diestra del jefe del PRO, quien se ha cuidado de una foto con el
general Menéndez y el juez Thomas Griesa. Si De la Sota creyera que
eso le sirve para ganar ya estaría ensayando su mejor sonrisa. Envidia
a Macri, quien ya tiene una foto con Magnetto; a él le falta ésa en el
álbum ideal para la campaña 2015.



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Sergio Ortiz
face: Sergio Ortiz
twitter: sergioortizpl

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